Pedro Andrés Beltrán, jefe de Servicio de Producción y Sanidad Animal de la Comunidad Valenciana, analiza diversos aspectos sobre la veterinaria y la ganadería y las movilizaciones en el sector primario
Veterinario de explotación: "Puede convertirse en un bumerán contra nosotros”
Pedro Andrés Beltrán, jefe de Servicio de Producción y Sanidad Animal de la Comunidad Valenciana, analiza diversos aspectos sobre la veterinaria y la ganadería y las movilizaciones en el sector primario
Redacción -
24-04-2024 - 13:10 H - min.
El Colegio de Veterinarios de Castellón ha entrevistado al veterinario Pedro Andrés Beltrán, jefe de Servicio de Producción y Sanidad Animal de la Comunidad Valenciana. De padre y esposa veterinarios, alternó durante un lustro el trabajo a pie de campo como veterinario de saneamiento con el de jefe de Servicio de Producción y Sanidad Animal, en el que se ha mantenido las últimas casi tres décadas.
Durante la entrevista, el veterinario recuerda su trayectoria, y explica que, de las luchas contra enfermedades, la que más le impactó fue la de peste porcina africana (PPA). “Fue mi comienzo, la última que ejecutó el ministerio directamente y la que demostró que las enfermedades podían erradicarse. Fue la que entendió que sólo con la colaboración de todos los afectados, el final era posible. Con ella se formaron las ADS en porcino y fue la semilla para el resto de sectores. Todavía conservo el fax de la Comisión felicitando a España”, recuerda.
Según explican desde el colegio, en sus comienzos, Beltrán vivió la transición entre el cuerpo de veterinarios titulares y la reestructuración del servicio a partir de 1988 en la Comunidad Valenciana, una fragmentación a la que no le ve sentido.
“Sin embargo, no será la administración quien lo arregle, tendremos que ser nosotros. Debemos mirar a otras autonomías, no hay que inventar cosas, debemos tomar ejemplo de lo que funciona. Esta fragmentación no es buena para la veterinaria”, recalca.
Asimismo, considera que los ayuntamientos deberían contratar veterinarios y tenerlos en plantilla. En este sentido, defiende que no es sólo por los animales de compañía, “sino por su trabajo en sanidad ambiental o salud pública”. “Lo veremos este verano en primera plana de los periódicos con el control de mosquitos, moscas, garrapatas, etc. qué mejor que estar asesorados por un veterinario”, incide.
En cuanto a la comprensión de los ganaderos de la labor del veterinario en las campañas de saneamiento, defiende que va ligada a la información. “En este aspecto fallamos por no saber explicar o porque las campañas en muchas ocasiones superan la vertiente técnica y esa está fuera de la responsabilidad del veterinario”, rememora.
“Durante la campaña el veterinario tiene difícil, durante su labor de campo, dar las explicaciones que el ganadero necesita. Son otros los que deben hacerlo y aquí es importante la función del veterinario libre, figura que en las últimas campañas la Administración ha olvidado o me atrevería a decir, ha denostado”, denuncia
En lo referente a la figura del veterinario de explotación, recalca que será un paso importante si se sabe aprovechar, “pero puede convertirse en un bumerán contra nosotros”. “La OCV debe sentarse y concretar qué es lo que queremos. En esta figura aparecen desafíos que debemos estar dispuestos a asumir y hay que abordarlos. Todavía estamos a tiempo, con las últimas protestas agrarias, es uno de los puntos que se ha retrasado a 2025”, remarca.
En general, apunta que la situación del sector primario y del ganadero en particular “se ha estado viendo estos días en la calle”. “No hay veterinario de campo al que no le afecte el cierre de explotaciones o la falta de relevo generacional. Además, estos cierres no son inmediatos, detrás hay un drama conocido por el veterinario al que no puede ser indiferente”, lamenta.
Otro aspecto que aborda la entrevista es la interrelación entre el burnout, estrés y otros problemas emocionales con la precariedad laboral que se suceden en el sector clínico, un asunto que considera que “por supuesto” ocurre igual entre los veterinarios de animales de abasto.
“Los problemas son iguales, aunque no lo parezcan. Todo está ligado al vínculo de las personas con los animales –caso de animales de compañía— o de un proyecto de vida –caso de los de abasto—. Ambas cuestiones son positivas, pero elevan el grado de exigencia al veterinario y lo expone a mayores conflictos morales”, destaca.
Por último, da su opinión sobre la dirección que han tomado las últimas leyes de bienestar de animales domésticos, y se muestra contundente. “Alguien dijo que las leyes debían de ser cortas y cumplibles. Pues en ninguna de las dos es así. No tienen dirección, son un despropósito, cada una va por un lado. Conozco un poco más el nacimiento de la autonómica, 4 años de contactos para no hacer caso a nadie y publicarla aprisa y corriendo para que sea anterior a la estatal”, concluye.