La Comisión Europea ha alertado de que la mayoría de los controles de los Estados miembros en el transporte marítimo son “insuficientes” para minimizar los riesgos para el bienestar animal, y que los veterinarios no tienen suficiente apoyo
Europa advierte que falta apoyo a los veterinarios en los puertos
La Comisión Europea ha alertado de que la mayoría de los controles de los Estados miembros en el transporte marítimo son “insuficientes” para minimizar los riesgos para el bienestar animal, y que los veterinarios no tienen suficiente apoyo
Redacción - 30-04-2020 - 12:40 H - min.
Cada año, la Unión Europea exporta millones de ovejas y ganado vacuno en embarcaciones ganaderas. El transporte de ganado a través del mar permite el comercio con países remotos, pero no está exento de riesgos para el bienestar animal.
Con la excepción de Irlanda y Portugal, los controles implementados por los otros Estados miembros que inspeccionan los buques de ganado son “insuficientes” para minimizar los riesgos para el bienestar animal, según ha concluido un informe sobre el bienestar animal en el transporte marítimo de la Comisión Europea.
Las principales razones de esta coyuntura son que estos Estados miembros utilizan personal de inspección que no está cualificado o carecen de experiencia para evaluar los sistemas técnicos a bordo de los buques.
Asimismo, el informe señala que los funcionarios veterinarios en los puertos no cuentan con el apoyo suficiente.
Muchas autoridades en el lugar de partida aprueban los viajes cuando a la documentación requerida le falta información o es incorrecta. Esto aumenta la probabilidad de problemas de bienestar animal hasta que los animales llegan a los puertos de destino, explican desde la Comisión Europea.
Además, estas deficiencias no se detectan ni se informan y, por lo tanto, permanecen rutinariamente sin corregir. Actualmente no hay comentarios de rutina sobre la condición de los animales durante los viajes por mar ni sobre las condiciones en que llegan a destino.
Esta información permitiría a los Estados miembros y a la Comisión controlar las condiciones de transporte, identificar transportistas problemáticos y actuar cuando sea necesario.