La delegación palentina del sindicato agroganadero Asaja, advierte de que en Castilla y León se están dando los primeros casos de la infección bacteriana conocida como tularemia
Alertan sobre el peligro de tularemia por las plagas de topillos
La delegación palentina del sindicato agroganadero Asaja, advierte de que en Castilla y León se están dando los primeros casos de la infección bacteriana conocida como tularemia
Francisco Ramón López -
04-07-2019 - 13:39 H - min.
El sindicato Asaja, a través de su delegación palentina, ha enviado cartas a los ayuntamientos de Castilla y León afectados este verano por una plaga de topillos en las que alerta de que “ya comienzan a aparecer” los primeros casos de la zoonosis bacteriana conocida como tularemia en las zonas más castigadas. El sindicato estima que los daños causados por esta plaga ascienden a 15 millones de euros.
En la carta, los agricultores piden a los consistorios que apliquen medidas para frenar la plaga y para promover la prevención, en especial para agricultores y vecinos de las regiones afectadas, en las que aseguran que los topillos han invadido sistemas de agua para riego y han llegado a los cascos urbanos, parques, jardines, calles y piscinas.
El Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos (Irec) de la Universidad de Castilla La Mancha recuerda que entre 2007 y 2008, ya se produjo en Castilla y León un brote de tularemia por proliferación de topillos con más de 1.000 casos confirmados en humanos.
Posteriormente, en 2014, volvieron a aumentar los casos de tularemia en humanos, con 95 casos confirmados, coincidiendo nuevamente con un incremento significativo en la población de topillo campesino, aunque no se declaró una epidemia de la enfermedad en la región.
La tularemia es una enfermedad zoonósica producida por la bacteria Francisella tularensis. Afecta fundamentalmente a los lagomorfos y roedores, como el topillo, aunque también pueden ser infectados otros mamíferos, aves, peces y anfibios.
La tularemia es una enfermedad de declaración obligatoria en España y en 2017, los últimos datos publicados, hubo 13 casos en personas notificados en España, 12 de ellos en Castilla y León. A nivel europeo, la enfermedad afectó a 335 personas en 2017, una reducción del 30%, debido sobre todo a la bajada de los casos en Suecia y Finlandia, los países más afectados.
Las personas pueden infectarse con la bacteria a través de numerosas vías, como las picaduras de artrópodos, el contacto directo con animales infectados o sus restos, la ingestión de agua contaminada o carne cruda o poco cocinada y la inhalación de polvo o aerosoles contaminados. Asimismo, los gatos son muy susceptibles a la tularemia y pueden contagiar esta enfermedad a sus propietarios.
Según datos del Irec, la prevalencia media de la bacteria en el topillo campesino en un estudio realizado entre 2013 y 2015 fue del 20,16%, llegando al 33% de los individuos en picos poblacionales. Asimismo, se observó una fuerte correlación entre la prevalencia de la bacteria y la abundancia del topillo.
Cuando se desarrolla la enfermedad existen 7 presentaciones clínicas: la ulceroglandular, la glandular, oculoglandular, la orofaríngea, la neumónica, la tifóidica y la intestinal. La más común es la ulceroglandular y se origina cuando el contagio se produce a través de la picadura de un artrópodo o se manipulan animales contaminados o sus restos, como es el caso de la plaga de Castilla y León, que ha generado que miles de cadáveres de topillos se acumulen en acequias y ríos.
Cuando se desarrolla la tularemia ulceroglandular, en el lugar de contacto aparece una úlcera y se produce la inflamación de los ganglios regionales junto con fiebre elevada. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes se recuperan completamente.