Las recientes entradas en granjas por parte de algunos colectivos han hecho que desde el sector ganadero se ponga de manifiesto la importancia de la bioseguridad. El Ministerio de Agricultura establece las pautas
¿La entrada en granjas pone en peligro la bioseguridad?
Las recientes entradas en granjas por parte de algunos colectivos han hecho que desde el sector ganadero se ponga de manifiesto la importancia de la bioseguridad. El Ministerio de Agricultura establece las pautas
Jorge Jiménez -
19-07-2019 - 14:38 H - min.
Según señala el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), el término de bioseguridad se refiere, en sentido amplio, al conjunto de medidas, tanto de infraestructura como de prácticas de manejo, puestas en marcha con el fin de evitar o reducir el riesgo de entrada de enfermedades infecto-contagiosas y parasitarias, y su posterior difusión dentro de una explotación o hacia otras explotaciones ganaderas.
En este sentido, indica que la bioseguridad tiene que ser implementada tanto en el aspecto externo de la explotación, impidiendo la entrada/salida de enfermedades, como en el aspecto interno, evitando la difusión de enfermedades dentro de la misma explotación.
En los últimos días, asociaciones ganaderas como Unión de Uniones, Jóvenes Agricultores y Ganaderos de Cataluña, y el sindicato Unió de Pagesos, han denunciado el “acoso” que están sufriendo los ganaderos por parte de determinados colectivos, que acceden de manera ilegal a las granjas para llevar a cabo acciones reivindicativas.
Asimismo, los ganaderos señalan que, además de “violarse la propiedad privada y el derecho a la intimidad”, estos colectivos se “saltan” las medidas de bioseguridad, pudiendo comprometer el bienestar de los animales, ya que, según indican desde Unión de Uniones, han llegado a “tocar a los animales”, dándoles agua o alimentos, “sin saber si es o no una práctica correcta”.
Y es que, tal y como señalan los ganaderos en sus comunicados, con estas prácticas “lo único que se consigue es poner en peligro la vida de los animales y la trazabilidad alimentaria”; y añaden que “contradicen” las recomendaciones oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y el Ministerio de Sanidad, entre otras.
Respecto a las pautas de bioseguridad que recoge el MAPA, se señalan, precisamente las “visitas” a granjas. En este punto, se señala que, “se deben restringir al mínimo”, y “en caso de ser necesario su ingreso, deberán acatar las normas de bioseguridad sin excepciones”.
Además, se subraya que el contacto con los animales de la explotación “debe evitarse”, y que las personas ajenas a la explotación que ingresen en ella, deberán usar “botas limpias y ropa de protección”, pasando previamente por un pediluvio con una solución desinfectante adecuada. Asimismo, se indica que se debe establecer “un registro de visitas”.
El no cumplimiento de las medias de bioseguridad establecidas por el Ministerio podría conllevar riesgos sanitarios como la difusión de enfermedades animales, contagiando a animales sanos, y poniendo en riesgo su seguridad. Pero, además, existe el riesgo de contraer zoonosis (enfermedades que pueden pasar de animales a humanos), uno de los puntos en los que más hincapié hace la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) cuando trata la bioseguridad y su estrecha relación con la salud pública.
Por ello, tanto la OIE como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), o la propia Unión Europea recuerdan el concepto ‘One Health’ (Una sola salud), mediante el cual, siguiendo las correspondientes pautas sanitarias con los animales, entre las que se incluye la bioseguridad, no solo se les está protegiendo a ellos, sino que se está salvaguardando la sanidad de la población humana.