Veterinario, médico y catedrático de neurocirugía por la Universidad de Zaragoza
Vicente Calatayud Maldonado
Veterinario, médico y catedrático de neurocirugía por la Universidad de Zaragoza
“La medicina veterinaria es igual o más importante que la medicina humana”
Francisco Ramón López - 06-05-2019 - 13:53 H - min.
Este jueves, 2 de mayo, la Sociedad de Medicina y Cirugía de Albacete entregaba la Medalla de Oro y presidencia de Honor a Vicente Calatayud, neurocirujano y veterinario manchego de 84 años con uno de los currículums más insignes de su sector.
Calatayud nació en el año 1935 en Ciudad Real y en 1958 se licenció en medicina por la Universidad de Granada. Posteriormente desarrolló una carrera investigadora que le llevó hasta la Universidad de Zaragoza, institución en la que se doctoró en neurología.
Una de sus líneas de investigación despertó el interés del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que lo becó para continuar sus experimentos en Alemania, donde tambié se doctoró. Fue para continuar sus investigaciones en el extranjero por lo que estudió también veterinaria en la Universidad de Zaragoza.
Calatayud cuenta con la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo y el título de caballero andante de Castilla-La Mancha. Además es Catedrático Emérito de Neurocirugía de la Universidad de Zaragoza, tiene la Medalla de Oro de la Sociedad Española de Neurocirugía, es Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina de España, hijo adoptivo de la ciudad de Zaragoza, aragonés del año, hijo predilecto de Ciudad Real y ha ejercido de vicepresidente de la Sociedad Europea de Neurocirugía.
P. ¿Qué estudió primero, medicina o veterinaria? ¿Por qué se decantó por esta última?
R. Primero estudié magisterio, después medicina y después veterinaria. La razón por la que me decanté por estudiar veterinaria después de estudiar medicina fue para poder dedicarme a la cirugía experimental.
Y es que yo soy neurocirujano de profesión, y los veterinarios tienen un centro de cirugía experimental impresionante —el mejor de Europa— en Cáceres, dirigido por mi 'colega' veterinario Jesús Usón, y todas las fases primarias de la investigación farmacéutica o medicoquirúrgica se realizan en ese centro. Por ejemplo, el entrenamiento para la cirugía humana se puede hacer allí, en el Centro de Mínima Invasión, que es como se llama.
Por aquel entonces, exigían en los Estados Unidos una capacitación para poder trabajar con animales de experimentación, y eso me dio la idea de estudiar veterinaria en Zaragoza, para seguir trabajando con animales con la adecuada formación.
Hay que tener en cuenta que los estudios preclínicos en veterinaria y medicina son los mismos. La fisiología, la farmacología, la histología, son comunes. Y eso hace que estas materias en muchos países estén unidas y se impartan a estudiantes de distintas carreras indistintamente, cosa que aquí no ocurre. De hecho, yo estudié alguna de estas materias a partir de libros escritos por veterinarios.
P. Desde el sector veterinario se defiende que la profesión no solo cuida de la salud de los animales, sino también la de los humanos, en su caso esto se aplica al pie de la letra.
R. Sí, hombre. En la época que yo estudié los veterinarios eran los que estudiaban las guías de sanidad, si el aceite estaba bien, si el vino estaba correcto… De hecho, en Alemania, se denomina a la veterinaria como medicina veterinaria. Es que eso es más correcto. Tampoco digo que veterinaria sea un término incorrecto, pero medicina veterinaria es más adecuado, porque la medicina es para curar. Ocurre lo mismo en la medicina de las plantas.
P. ¿Qué cree que ha aportado a su larga trayectoria el contar con conocimientos de ambas ramas?
R. Pues mira, ha hecho que me interese más por los animales. Por ejemplo, hay un tema en neurociencias que es la razón del animal racional y el llamado instinto del animal no racional. Entonces, cada vez se ponen más ejemplos de animales fieles a sus amos, lo que llaman mascotas, que no me gusta la palabra. Eso es instinto, razón, olfato. Eso me ha llamado siempre mucho la atención.
Son cuestiones que te vienen a la cabeza cuando trabajas con animales. Yo he estado trabajando con gatos, con perros y con ratones, y me daba cuenta de que a veces me miraban; y yo creo que, en cierta manera, hasta te hablan, o al menos tratan de decirte algo con sus gestos o miradas. Eso en los animales es impresionante.
P. A lo largo de su carrera ha ejercido de cirujano experimental. ¿Ha hecho algún trabajo más estrictamente enmarcado en el ámbito veterinario? ¿O al menos le habría gustado?
R. Fundamentalmente he trabajado con animales para mejorar los procedimientos quirúrgicos. Mi tesis doctoral, por ejemplo, la dediqué a los traumatismos en animales, concretamente de los perros que eran atropellados o maltratados y las lesiones cerebrales que se producían en esos casos.
En cuanto a la segunda, no sabría decirte. Hay temas que me habría interesado abordar, porque para mí con los animales se establece un tipo de comunicación muy concreta, no te puedo decir cuál. Por ejemplo, la educación de los perros para invidentes. ¿En el cerebro del animal qué se produce? Eso siempre me ha apasionado. Porque saben cuándo tienen que cruzar, cuando tienen que parar, como subir al autobús. Eso siempre me ha interesado mucho, pero no he podido comprobar el porqué, no lo sé. Algún día llegará.
P. ¿Cree que hay diferencia en el reconocimiento de las dos profesiones por parte de la sociedad?
R. Sí, por supuesto. Todavía la diferencia de reconocimiento no se ha igualado, aunque se debe de igualar. Solamente por cómo trata la sociedad a las dos carreras ya hay diferencias. Tú fíjate que cuando quieres estudiar medicina te exigen una nota, y para estudiar veterinaria otra. ¿Por qué? Yo creo que es porque la vocación actúa de forma diferente en cada una.
Hay mucha gente que tiene vocación de veterinario y otra que no tiene vocación de médico, pero termina estudiando medicina por el reconocimiento social que tiene. Dicen: “Yo tengo la máxima nota y por eso voy a estudiar medicina”, luego nadie valora el fracaso. Me parece que es una concepción mal enfocada. Uno tiene que estudiar por vocación, no porque tenga una nota alta o baja. No se dan cuenta que la medicina veterinaria es igual o más importante que la medicina humana. Porque es que los veterinarios tienen competencias básicas como el control de la alimentación, de la naturaleza. Veterinaria no es solo la medicina animal hay muchas más ramas.
P. El último Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad no cuenta con ningún veterinario en sus filas. ¿Cree que es un error?
R. Totalmente. No hay nadie mejor que un profesional de un sector para hacer ver a un político las virtudes y los defectos de una idea y es tan importante reconocer tanto unas como otras. Si tú cometes errores en una cirugía o criando animales tú tienes que saber por qué. Un ejemplo de lo que ocurre cuando se legisla sin contar con los profesionales expertos en la materia, es la prohibición o la limitación de la caza en Castilla y León. La han prohibido sin saber el cazador qué ha ocurrido. Han limitado la caza sin tener en cuenta la opinión de cazadores y agricultores, que son los que más conocen el tema.
P. Juan José Badiola, presidente del Consejo General de Colegios de Veterinarios de España, reivindica para la profesión veterinaria una especialidad de salud pública como la que ya existe en medicina, basada en el sistema MIR ¿Qué opina de esta iniciativa?
R. Bien, porque la veterinaria es tan salud pública como la medicina. Además, considero a Badiola un gran amigo y debe de tener experiencia en esos temas, porque ha sido mucho tiempo rector de la Universidad de Zaragoza. Me parece correcto, ¿por qué no? Si por ejemplo bacteriología, inmunología o parasitología son iguales en medicina y veterinaria. Las enfermedades aparecen en todas las especies. Incluso se estudian las mismas cadenas de transmisión.
Y respecto al sistema MIR, se nos olvida que en medicina es un desastre. Tú estudias seis años de medicina y no puedes ejercer la profesión. No sales de la facultad "facultado" por así decirlo. Antes si no hacías el MIR terminabas medicina, igual que lo hace un estudiante de veterinaria, y te podías ir a un pueblo y con tu título ya eras médico y estabas más o menos formado. Ahora no puedes. Ahora tendrías que hacer la especialidad en médico de familia del MIR para ser un médico de cabecera de toda la vida. Por todo esto, las facultades de medicina se están convirtiendo en una especie de preparación del MIR, y lo único que hacen es darte un papel para poder presentarte al MIR.
P. Por otro lado, la Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios (Fesvet) ha reclamado a la ministra de Sanidad que haya un reconocimiento real de la veterinaria como profesión sanitaria, porque todavía existen algunos aspectos en que los veterinarios funcionarios están por debajo de otras profesiones como la medicina o la enfermería. ¿Cuál es su opinión a este respecto?
Eso está claro. Lo que pasa es esto: tú te das un paseo por Zaragoza y lo que más ves son clínicas veterinarias. Entonces, lo que yo creo es que la gente se centra mucho en la veterinaria de pequeños animales y se han olvidado un poco de que este es un país ganadero y agrícola, y la veterinaria es una parte de la salud pública. Es que a través de los animales hay transmisiones de enfermedades, de eso no hay discusión. Tú te coges cualquier libro de microbiología o bacteriología y lo tienes ahí escrito.
Y si lees sobre las expediciones a América con los barcos verás la importancia que tenían los animales, y por lo tanto los veterinarios. Y esto es porque los animales son importantes, pero no solo como mascotas, que repito que no me gusta ese término, sino por fuente de nutrición o de enfermedades. Siempre ha estado ahí.
P. Hay médicos y veterinarios de diferentes comunidades autónomas de España que están uniendo esfuerzos para abordar enfermedades zoonóticas como la leishmaniosis. ¿Qué opina de este tipo de colaboración?
R. Creo que es importantísima. Eso se viene haciendo mucho tiempo con enfermedades como la hidatidosis aquí en Aragón o con la fiebre de Malta. Siempre se ha colaborado. De hecho, en los pueblos o ciudades pequeñas, el médico de cabecera y el veterinario colaboraban siempre y eran los que decidían a quién y sobre qué enfermedad había que vacunar en cada momento. Yo es que eso lo he visto en mi pueblo de Castilla-La Mancha. Si esa colaboración se ha roto es porque la Administración no sabe administrar.
Para volver a esa dinámica creo que harían falta menos políticos y más gente con capacidad de gestión. Gente que sepa lo que hace. Igual que un periodista tiene que saber interpretar, el político tiene que saber de gestión de la cartera que ostenta. Por ejemplo, yo no puedo ser economista si no he estudiado economía. Hay que ser consecuente con el trabajo que vas a ejercer.
Es que la política es el único ámbito en el que no se existe ningún tipo de preparación para conseguir un puesto. Hay una gran cantidad de veterinarios muy capacitados, pero ¿tú has visto a algún veterinario en un alto cargo del Gobierno? Porque las direcciones generales más relacionadas con la veterinaria tienen unas competencias muy limitadas.
P. ¿Volviendo a la Universidad, cree que el modo en el que está planteada hoy en día la carrera de veterinaria es el más adecuado?
R. Yo creo que no, porque considero que se podrían unificar las facultades de medicina veterinaria y humana, como ocurre en otros países como Alemania, al menos en las materias preclínicas como la anatomía, la fisiología, la farmacología, la biología, la bacteriología, todas podrían estar en los mismos departamentos. De hecho, cuando Badiola era rector de la Universidad de Zaragoza lo propuse, pero no quiso.
Por ejemplo, los catedráticos de bacteriología y de microbiología siempre son los mismos: de farmacia, medicina y veterinaria, lo que se denominan las preclínicas. Lo que pasa es que ahí juega un papel muy relevante el factor humano, es decir, el ego. Y viene de los dos lados. En este caso, el ser humano es veterinario o médico, y cuando se lo cree más de lo que debe, pues sale el ego. Y no estamos hablando de que consideren que les están quitando ciencia, consideran que les están quitando poder.
P. Hoy en día se habla mucho del concepto ‘One Health’, ¿en sus inicios en la profesión se tenía tan en cuenta esta idea de ‘Una sola salud’?
R. No. Yo es que soy muy mayor, tengo ya 84 años, pero considero que el concepto de ‘Una sola salud’ es uno de esos adelantos que tiene que entender la sociedad. Ahí es donde hay futuro. Hay una salud común entre animales y personas, claro que sí. Pero también nos olvidamos de los vegetales. Destruir bosques, árboles y plantas también es perjudicial para la salud. Parece que solo hablamos de los mamíferos vivíparos, pero, ¿y el bosque, las plantas o el oxígeno? De eso nadie habla. Se está permitiendo la tala de árboles en las grandes selvas de Sudamérica. Y no hay que irse tan lejos, en Europa también ocurre, como en el caso de Polonia.
P. ¿Cree que el uso de antibióticos en ganadería es un factor importante a la hora de generar resistencias antimicrobianas? ¿Considera que se le está dando la importancia adecuada?
R. Hay que tener en cuenta que el origen de los antibióticos como la penicilina son los hongos. Entonces, yo considero que las resistencias se están produciendo por usarlos mal o de forma no adecuada. El organismo, tanto de los animales como del ser humano, se termina adaptando a su uso. Es por esto por lo que los antibióticos hay que saber darlos y tratarlos. Y no todo el mundo se cura con antibióticos ni todo el mundo necesita antibióticos.
En ganadería también pienso igual, se deberían utilizar menos antibióticos y menos fármacos. Hay que volver más a la naturaleza, a la medicina natural. ¿Por qué hay que utilizar fármacos para todo? Ahora parece que todo el mundo toma omeprazol para el ardor de estómago. A lo mejor, tampoco lo sé, se pueden industrializar remedios naturales, como las inhalaciones de romero para el catarro. La tecnología no va a suplir nunca la razón del ser humano, ni de los animales.
P. Finalmente, ¿qué le pediría al nuevo Gobierno como médico y veterinario?
R. Le pediría que sea capaz de organizar y unificar toda la sanidad, la humana y la animal. Es decir, la medicina, la veterinaria y la farmacia. Y si me apuras mucho incluso las biológicas, todas. Eso lo tienen que hacer. No es fácil, y el factor humano y el ego están ahí y puede complicar mucho las cosas, pero hay que hacerlo. Yo lo haría, pero tiene que haber generosidad por parte de todos.