One Health Project Manager de Ceva Salud Animal
Susana Mesonero Escuredo
One Health Project Manager de Ceva Salud Animal
“Los veterinarios siempre hemos tenido interiorizado el concepto 'One Health'“
Animal's Health - 18-11-2020 - 07:55 H - min.
Ceva Salud Animal es una compañía farmacéutica exclusiva de veterinaria, con un fuerte compromiso con el concepto 'One Health'. Con su posicionamiento ‘Juntos, más allá de la salud animal’ desarrolla actividades con el ambicioso objetivo de contribuir a los retos mundiales de lucha frente a las zoonosis, alimentar a la población mundial y estrechar el vínculo humano y animal.
Desde Ceva en España, concretamente en el sector porcino, se desarrolla un exclusivo proyecto 'One Health', liderado por Susana Mesonero Escuredo, quien explica en una entrevista más detalles.
P. ¿Qué nos puedes decir sobre el concepto ‘One Health’?
El concepto ‘One Health’ no es nada nuevo, sus comienzos datan de la época de Hipócrates, en el año 400 a.C. “El padre de la medicina moderna” decía que la salud de las personas podía verse afectada por el ambiente y las aguas contaminadas.
El enfoque 'One Health' reconoce que la salud de las personas está estrechamente relacionada con la salud de los animales y nuestro entorno compartido. Este enfoque busca diseñar e implementar programas, políticas, legislación e investigación en el que múltiples sectores se comunican y trabajan juntos para lograr mejores resultados en la salud pública.
Las áreas de trabajo con este enfoque incluyen enfermedades zoonósicas, como la gripe, las resistencias antimicrobianas, la seguridad alimentaria, enfermedades transmitidas por los alimentos como la salmonelosis, contaminación ambiental y todas las amenazas hacia la salud compartidas por personas, animales y el medio ambiente.
P. ¿Por qué necesitamos un enfoque ‘One Health’?
Muchos de los microorganismos existentes son capaces de afectar tanto a los animales como a las personas, cuando convivimos en un mismo ecosistema, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que las enfermedades de mayor riesgo para la salud pública provienen de los animales.
Un ejemplo claro es el estado de alarma recientemente generado por el coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19), donde los murciélagos han sido su reservorio. Este virus en su primera ola ha paralizado la economía, colapsado el sistema sanitario causando miles de muertes en todo el mundo. Y ahora mismo en Europa nos encontramos inmersos en su segunda ola.
Además, sabemos que más del 60% de los agentes infecciosos que afectan a humanos, y el 75% de las enfermedades emergentes, son zoonósicas (OMS-OIE, 2014). Y en lo que se refiere a Europa, cada año se diagnostican más de 350.000 casos de enfermedades zoonósicas.
Por otro lado, en este contexto, debemos hablar de las bacterias farmacorresistentes, que se pueden transmitir de animales a humanos.
P. ¿Y qué nos puedes comentar acerca de las resistencias antimicrobianas?
Las resistencias bacterianas a los antibióticos suponen una amenaza para la vida de las personas y/o animales. La OMS define la resistencia a los antibióticos como la pérdida de la actividad, total o parcial, de un antibiótico que anteriormente era capaz de destruir o inhibir el crecimiento de una determinada bacteria.
La mayoría de los antibióticos tienen su origen en la naturaleza, y las bacterias han sobrevivido en nuestro planeta 3.500 millones de años gracias a estos mecanismos de defensa que han desarrollado para su supervivencia. Pero en el año 2014, la OMS junto con otros colaboradores, presentaron un informe en el que se especificaba la magnitud del problema de las resistencias bacterianas a nivel global, recalcando el estado alarmante de la situación y de la dirección del mundo hacia una era post-antibiótica en el que las infecciones comunes podían volver a matar. En la revisión llevada a cabo por Jim O’Neill en 2016 sobre resistencias antimicrobianas, se estimó que las muertes atribuibles a esta causa en el 2050 serían de 10 millones de personas, si continuábamos sin hacer nada al respecto.
P. ¿Qué podemos hacer los veterinarios al respecto?
Los veterinarios siempre hemos tenido interiorizado el concepto ‘One Health’ ya que nuestro lema en el escudo desde 1922 es “HIGIA PECORIS, SALUS POPULI”, la higiene del ganado, la salud del pueblo.
Además, desempeñamos un papel fundamental como primera barrera sanitaria mediante la detección temprana de las enfermedades tanto transmisibles al hombre, como a los animales domésticos y fauna silvestre.
En el contexto de las resistencias a los antibióticos, sólo la prevención puede combatir el uso excesivo de los mismos, de forma que, ante la usencia de enfermedad, su prescripción y consumo no sea necesario.
P. ¿Qué nos puedes decir del Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos y planes REDUCE?
En el año 2014 el Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN) fue aprobado en España por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de la Salud y por la Conferencia Intersectorial de Agricultura como respuesta a la Unión Europea (UE) que había solicitado a los Estados miembros un Plan de Acción sobre Resistencias Antimicrobianas, así como el abordaje conjunto de este problema.
Desde entonces hasta el 2019 el consumo total de antibióticos se ha reducido en un 58,5%. A esta reducción ha contribuido de manera directa el trabajo de las empresas adheridas a los Programas REDUCE, creados en el marco del PRAN, de porcino, así como en otras especies. La iniciativa REDUCE COLISTINA en porcino ya ha logrado una reducción, en este sector, de este antibiótico de importancia crítica en la medicina humana del 97,18% en el periodo 2015-2018.
P. ¿Cómo podemos hacer un uso prudente de los antibióticos?
Lo primero que debemos llevar a cabo para hacer un uso prudente de los antibióticos es prevenir las enfermedades infecciosas. Para la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la prevención de enfermedades infecciosas sin antibióticos implica un conjunto completo de medidas. Estas medidas pueden clasificarse en tres categorías principales: buena cría de animales; vacunación y bioseguridad efectiva.
Además, deberemos evitar el uso de antibióticos que no sean necesarios, la profilaxis, así como emplear antibióticos críticos para la salud humana, como es el caso de la colistina… Pero además es importante utilizar los antimicrobianos en su correcta forma farmacéutica, siguiendo su ficha técnica, aplicando su dosis adecuada, y llevando un registro apropiado de los mismos para finalmente reportar cualquier fallo en su uso.
P. ¿Cómo colabora (o trabaja) CEVA en la implementación del concepto 'One Health' en el sector porcino?
Desde CEVA creemos que las empresas del sector porcino están realizando un gran esfuerzo para minimizar el uso de antibióticos. Esta reducción tiene que ir acompañada de una serie de medidas que ayuden a minimizar el impacto en las producciones y mejorar la salud de los animales. Por ello CEVA quiere tender la mano a este sector, acompañarlo en dicho desafío, y junto con veterinarios y productores, poder adoptar las medidas más adecuadas, que desde un enfoque holístico, permitan una producción rentable y alineada con el concepto 'One Health'.
Los cerdos que estén bien cuidados, alimentados y alojados adecuadamente experimentarán un mejor bienestar y serán menos propensos a contraer enfermedades. Igualmente, las buenas prácticas de cría de los animales, y medidas como la higiene y bioseguridad también minimizarán el uso de antibióticos. Además, los cerdos que estén sanos, también aumentarán su productividad y, por consiguiente, la rentabilidad de la granja. Cada granja es única, por lo que hay que desarrollar planes de salud específicos y actualizados, adecuando el plan vacunal preventivo de los animales a cada una de ellas. Un enfoque holístico no solo mejora la salud y bienestar de los cerdos en la granja, sino que es financieramente beneficioso y ayudará a minimizar el consumo de antibióticos.
P. ¿Qué otros desafíos se van a encontrar los veterinarios y productores de porcino?
Además, de este plan de reducción de antibióticos en el que estamos inmersos, la UE ha prohibido para el 2022 el uso de óxido de zinc en dosis terapéuticas en el post-destete. El óxido de zinc es conocido por su efecto antimicrobiano frente a E. coli en los lechones recién destetados. Pero también lo son sus efectos negativos en el medio ambiente y su contribución al aumento de resistencias a los antibióticos.
Con una herramienta menos con efecto antimicrobiano en el horizonte próximo, se hace más importante, si cabe aún, el enfoque holístico de la salud animal y por su puesto siempre desde una perspectiva 'One Health'.