MARTES, 16 de abril 2024

MAR, 16/4/2024

ENTREVISTA

Pedro Sousa

Veterinario experto en osteoartritis

“Xpertise in OA me ha hecho mirar la osteoartritis más allá del cartílago o la articulación”

“Xpertise in OA me ha hecho mirar la osteoartritis más allá del cartílago o la articulación”

Pedro Sousa

Veterinario experto en osteoartritis

“Xpertise in OA me ha hecho mirar la osteoartritis más allá del cartílago o la articulación”

Redacción - 21-09-2022 - 18:00 H - min.

La osteoartritis (OA) es una enfermedad articular degenerativa que en última instancia conduce al deterioro funcional de la articulación, lo que provoca cojera y dolor crónico. Alrededor del 20% de los perros mayores de 1 año la padece y esta cifra se dispara hasta el 80% en perros mayores de 8 años.

En gatos existen estudios que sugieren que casi el 40% tiene signos clínicos, y el 90% de los mayores de 12 años tiene evidencia radiográfica de osteoartritis. Sin embargo, los veterinarios informan solo de que alrededor del 17% de sus pacientes felinos han sido diagnosticados.

Debido a su elevada prevalencia y a los retos que supone, el sector veterinario está cada vez más interesado en mejorar su manejo, algo que también demandan los clientes, que están más concienciados y dispuestos a invertir más para mejorar la calidad de vida de sus mascotas.

A este respecto, el veterinario experto en osteoartritis Pedro Sousa, del programa Xpertise in OA de Vetoquinol, ha abordado en una entrevista con Animal’s Health todos estos desafíos.

Entre ellos, los aspectos a mejorar por parte de los veterinarios, prestando especial atención a la importancia de la comunicación con los clientes, sin olvidar otros ámbitos como el tratamiento o el uso de alimentos complementarios.

P. La osteoartritis es una enfermedad que cada vez despierta más interés en el sector veterinario, ¿A qué crees que se debe?

R. Yo creo que hay varios factores, uno de ellos es el avance en el conocimiento de esta enfermedad, ya que se está comprobando que es bastante prevalente en los animales. Además, su impacto es alto, porque los animales afectados tienen un continuo dolor subclínico y por tanto pierden calidad de vida, especialmente en sus últimos años.

En este sentido, los propietarios están cada vez más preocupados por la salud de sus mascotas. Creo que la pandemia ha ayudado, porque los tutores tuvieron que pasar más tiempo con sus animales en su día a día. No había nada más que hacer que estar en casa con tu mascota y esto terminó generando una preocupación por mejorar su calidad de vida.

Esto obliga a que los veterinarios evolucionemos para proporcionar esa calidad de vida que ya exigen los clientes. Vivir con dolor clínico o subclínico, sobre todo cuando los animales son jóvenes, preocupa mucho a la sociedad.

P. ¿Como veterinario cuáles consideras que son los principales retos que supone el tratamiento de la osteoartritis en animales de compañía?

R. El primero es la identificación precoz. Aunque sea subclínico, el dolor puede no ser tan obvio para el propietario. Para el veterinario también puede pasarse por alto, porque en ocasiones tenemos muy poco tiempo en las consultas para identificarlo.

Una vez se ha detectado y se ha aplicado un tratamiento, el segundo reto es conseguir la cooperación por parte del propietario para lograr una buena adherencia al tratamiento. Que esté involucrado correctamente en el tratamiento es importante. No hay que olvidar que, aunque nosotros planifiquemos el mejor tratamiento, es el tutor el que tiene que administrarlo.

En este sentido, al ser una enfermedad crónica que requiere un tratamiento a lo largo de la vida, puede generar cansancio a la hora de seguir el tratamiento. Y es que nos pasa a nosotros en el día a día, que estamos tomando un antibiótico recetado durante una semana, y de alguna toma nos podemos olvidar.

Por ello, considero que el mayor reto es conseguir este binomio, o más bien tríada, entre paciente, veterinario y tutor. Esto sería lo perfecto, porque solo el entendimiento de los tres conseguirá que el tratamiento sea perfecto y, por tanto, se mejore la calidad de vida del animal.

Tradicionalmente, los veterinarios nos hemos centrado únicamente en el paciente animal porque al fin y al cabo son el centro de nuestras consultas, pero en este caso hay que prestar la misma atención al titular del animal, porque es el que va a estar día a día con su mascota.

P. ¿Cuáles son las principales diferencias entre la osteoartritis en perros y gatos? ¿Cuál es más difícil de tratar?

R. Es una pregunta difícil, porque las dos enfermedades, en perros y en gatos, provocan un dolor y una disminución de la movilidad y por tanto empeoran su calidad de vida. Además, las dos tienen una prevalencia alta y son crónicas.

Lo que no sabemos en gatos es qué la provoca exactamente. En perros sí sabemos que principalmente es una afección secundaria derivada de otros problemas como la displasia, osteocondritis o malformaciones, algunos de estos problemas son genéticos y propios de algunas razas.   

Sin embargo, en gatos se considera que es una afección primaria y aparece por genética o edad. La osteoartritis en perros puede empezar temprano, pero en gatos es más común verla en animales más mayores, de 8 o 10 años.

Así, en la prevalencia en perros estamos sobre un 40% de la población desde edades tempranas, pero en gatos, el 80% o 90% tienen una articulación con osteoartritis a partir de los 8 o 10 años. El problema de esta enfermedad es que no es clínica, el gato no demuestra síntomas o no los sabemos detectar. Por eso la prevalencia podría ser más alta.  

Dicho esto, la más difícil de tratar termina siendo la de los gatos, porque en perros contamos con una amplia gama de tratamientos. Sin embargo, en gatos la gama de tratamientos es muy baja. A esto se le suma que su manejo es más difícil. Eso sí, no hay que olvidar que los perros pueden presentar casos crónicos muy dolorosos que también pueden convertirse en un auténtico dolor de cabeza.

P. ¿Consideras que los veterinarios están preparados para hacer frente a la cada vez mayor incidencia de osteoartritis en mascotas? ¿Qué necesitarían para mejorar el tratamiento de esta enfermedad crónica?

R. Creo que estamos cada vez más concienciados, y laboratorios como Vetoquinol informan más sobre esta enfermedad. Está a la orden del día, se habla de ella, se escriben artículos, cada vez estamos mejor preparados.

Al final estamos dando pasos hacia un abordaje ideal de la osteoartritis en animales de compañía, pero aún estamos lejos. Principalmente, el problema es que, debido a que en perros es una enfermedad secundaria, deberíamos incidir en el diagnóstico precoz y no solo en el tratamiento.

Cada vez hay más pruebas que permiten diagnosticarla en una edad temprana y modular la enfermedad para que la evolución no sea tan severa y el animal llegue a edades avanzadas sin tener un gran dolor asociado.

Realmente, la patología de la osteoartritis implica muchos mecanismos, pero cuando ya es clínica y evidente lo que más afecta al perro es el dolor. Entonces, la osteoartritis y el dolor, una vez se dan juntos, forman un binomio que ya no se puede separar.

El objetivo principal, por tanto, es el diagnóstico precoz. Un aspecto a mejorar en ese punto es el económico, porque los propietarios pueden considerar que su animal no está enfermo y por tanto no están dispuestos a hacer pruebas que ayudarían a evitar un futuro problema.

Es difícil, hay que explicarlo muy bien y se pueden requerir varias consultas de concienciación. Sí es cierto que cuando un propietario ya ha tenido un perro que ha sufrido de osteoartritis y ha visto como disminuía su calidad de vida poco a poco, la enfermedad sí se convierte en una prioridad para sus próximas mascotas. Vienen ellos mismos a buscar ese diagnóstico precoz.

Otro aspecto que necesitaríamos para mejorar el tratamiento, es contar con mayor cantidad de fármacos y moléculas. Cuantos más haya, mejor. Siendo como es un tratamiento multimodal y multidisciplinar, necesitaríamos que los fármacos en el mercado cuenten con abundante evidencia científica que indique cuándo usarlos y en qué momento, y si se pueden usar conjuntamente.

Sería muy útil que se desarrollen más estudios sobre la aplicación de dobles o incluso triples tratamientos, porque actualmente no hay muchos. Tampoco existen estudios que dejen claro en qué momento de la evolución de la osteoartritis se deben aplicar los tratamientos. Todo esto serían cuestiones que bajo mi punto de vista se pueden mejorar.

P. Formas parte del programa Xpertise in OA de Vetoquinol, ¿En qué consiste?

R. Teniendo en cuenta esta preocupación y demanda de la sociedad por prestar más atención a la osteoartritis en mascotas, Vetoquinol ha creado este programa multidisciplinar, que cuenta con veterinarios especialistas en varias áreas, desde clínica generalista a cirugía ortopédica, pasando por analgesia o fisioterapia.

El objetivo del programa es reunir a estos expertos para que proporcionen material de calidad, trabajen conjuntamente en mejorar el abordaje de la osteoartritis y extraigan nuevas ideas y conclusiones.

Además, cada año, teniendo en cuenta que es una enfermedad multidisciplinar, se celebra un congreso que se centra en un área en concreto, incluso en algunas que se suelen tener menos en cuenta, como la psicología del propietario.

P. ¿Cuáles han sido tus aportaciones como experto en osteoartritis para este programa? ¿Qué has aprendido? ¿Qué ofrece a los veterinarios?

R. Yo ya tengo experiencia en el estadiaje de la enfermedad y, de hecho, he trabajado en el diseño de un sistema de clasificación. Lo que he aprendido es que es necesario más énfasis en el propietario y prestar más atención a pequeñas cosas que pueden terminar estropeando un tratamiento.

Muchas veces los veterinarios creemos que todo termina cuando se receta un medicamento, pero al final el trabajo a posteriori es lo que va a hacer que el tratamiento sea efectivo o no.

El problema es que en las universidades, a los veterinarios, no nos prepararan lo suficiente para comunicar en este tipo de enfermedades como la osteoartritis, concretamente, en esta parte de la comunicación o psicología de este tipo de enfermedades, que en medicina humana ya se definen como biopsicosociales.

Es decir, hay un componente biológico, de ciencia, el que nos gusta, pero también hay otro psicosocial que puede alterar completamente el desarrollo de la enfermedad, aunque se haya abordado perfectamente la enfermedad desde la parte biológica.

Al final, Xpertise in OA me ha hecho mirar la osteoartritis más allá del cartílago o la articulación: como una enfermedad que no es solo del perro, sino del binomio perro-propietario.

Por ello, hay que intentar mejorar para que el trabajo científico diario en investigación no acabe fallando, porque no se han tenido lo suficientemente en cuenta esas pequeñas cosas, esa parte de la comunicación y de la psicología del propietario.

P. Precisamente el último congreso Xpertise estuvo centrado en todo este ámbito de la comunicación en el manejo de la osteoartritis del que has hablado, ¿Qué hace falta para avanzar en este aspecto?

R. Yo bromeo con mis amigos y les digo: “Vamos a ver, que yo me hice veterinario porque no me gustan las personas, me gustan los animales”. Yo creo que esto es algo que les pasa mucho a los veterinarios. Estudiamos medicina veterinaria porque amamos a los animales y queremos ayudarlos a mejorar su calidad de vida.

Sin embargo, hay que recordar que en la veterinaria clínica también se debe tener en cuenta que se interactúa con personas, y estas aptitudes de comunicación muchas veces nos pueden faltar, porque no nos las han enseñado.

Hay que tener en cuenta la importancia de la comunicación clara con los clientes. Por ejemplo, hay estudios que muestran que cuando se acaba una consulta el propietario solo se queda con un 50% de lo que le has explicado y de ese 50% que recuerda solo la mitad es correcto, el resto no lo ha entendido bien.

Esto es preocupante cuando se está trabajando con enfermedades crónicas graves como la osteoartritis, porque puede alterar completamente el tratamiento y que deje de ser beneficioso y pase incluso a ser perjudicial.

En este último congreso, por ejemplo, nos enseñaron un modelo para conducir las consultas que se aplica en medicina humana, el Calgary-Cambridge, que aclara cómo se debe de realizar una buena consulta veterinaria.

Y es que, muchas veces tendemos a soltar un discurso sobre lo que el propietario tiene que hacer y no dejamos que nos pregunten o que esas ideas se asienten en su cabeza, un paso necesario para que le surjan dudas. Al final estas pequeñas cosas pueden marcar la diferencia en el éxito del tratamiento.

P. Por otro lado, uno de los ámbitos del tratamiento y prevención de la osteoartritis son los alimentos complementarios, ¿Cuál es tu opinión sobre este recurso con el que cuentan los veterinarios?

R. Como hemos hablado antes, la osteoartritis requiere un tratamiento multimodal, por lo que los alimentos complementarios tienen su sitio. Sabemos que, en medicina humana, una alimentación saludable y un correcto manejo del peso son ideales en la prevención de la osteoartritis.

El problema es que creo que se han cometido errores a la hora de utilizarlos. El primero es que durante años hemos tratado estos productos como protectores del cartílago, pero no se ha demostrado en vivo. Lo que hemos visto es que lo que pueden hacer es modular la enfermedad.

Es decir, aportar un soporte nutricional para que la articulación esté bien o producir un efecto antiinflamatorio, pero no van a cambiar esa articulación, sino que van a mejorar los síntomas o disminuir el dolor. Por lo tanto, aunque no protegen el cartílago como se pensaba, sí que juegan un papel importante en el tratamiento de la osteoartritis.

El otro error que se ha cometido es que falta regulación en el mercado de los alimentos complementarios. No está tan regulado como el mercado farmacéutico. Entonces no sabes muchas veces de dónde provienen y de qué están compuestos, lo que en ocasiones podría generar algo de desconfianza. 

Por eso, lo que siempre recomiendo es que se busque un producto de un laboratorio que cuente con parte farmacéutica. Es decir, que esté respaldado por una marca reconocida, que esté dentro del mercado farmacéutico y tenga estándares de calidad altos. Por otro lado, es importante recordar al propietario que el uso de alimentos complementarios no debe implicar dejar de aplicar otros tratamientos.

P. Flexadin® Advanced de Vetoquinol es uno de los alimentos complementarios más novedosos, ¿Qué lo diferencia de otros productos similares?

R. Es un buen ejemplo de laboratorio que ha hecho las cosas bien con un alimento complementario para la osteoartritis. Primero, es importante destacar que Flexadin® Advanced promueve un estado de inmunomodulación. Esto es que, gracias al colágeno tipo-II no desnaturalizado (UC-II), consigue que el organismo no genere tanta inflamación por ese cartílago dañado, algo bastante novedoso.

El uso de esta molécula lo diferencia de otros alimentos complementarios, que basan su funcionamiento en compuestos como la condritina o la glucosamida. Es decir, da una vuelta de tuerca a estos productos, una vía diferente.

Por otro lado, junto a la UC-II, Flexadin® Advanced incluye la planta Boswellia. Sabemos que la naturopatía aplicada en las dosis correctas puede generar efectos antiinflamatorios naturales. Todo esto provoca que reduzca ligeramente la inflamación sin efectos secundarios.

Además, cuenta con artículos científicos que demuestran beneficios tanto en fases tempranas como tardías. Están apostando por generar evidencia científica, y de momento están teniendo buenos resultados a la hora de demostrar su eficacia.

Otra ventaja es su alta palatabilidad, que es siempre importante en un alimento complementario para que el propietario no se canse de darlo. En este caso no lo tiene que forzar, el perro lo pide. Es un producto que yo uso y recomiendo en las mascotas a las que trato.

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