Juan José Badiola

Juan José Badiola (León, 1948) acumula más de 40 años dedicados a la docencia y la veterinaria. Entre las decenas de cargos que ha ocupado a lo largo de su trayectoria, destacan la presidencia del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, cargo que desempeña actualmente y para el que fue elegido por primera vez en 2001; o la presidencia de la Agencia Aragonesa de Seguridad Alimentaria. Además, Badiola ha sido rector de la Universidad de Zaragoza durante ocho años y entre 2003 y 2007 se convirtió en el primer veterinario en formar parte del Consejo de Estado.

En una entrevista en exclusiva para Animal’s Health, el experto repasa las principales preocupaciones que tiene el sector y resalta el valor de la profesión en sus distintas facetas.

P. Cuenta con una gran trayectoria dedicada al sector veterinario, ¿ha cambiado mucho la profesión desde que se dedica a ella?

R. Acabé la carrera en 1972. Desde entonces, la profesión ha cambiado muchísimo. En la España rural, el animal principal eran las mulas, hoy con la mecanización del campo las mulas han desaparecido de este ámbito. Por su parte, el mundo animal español fue evolucionando hacia una producción industrial que genera alimentos de mejor calidad. Y en las últimas décadas se ha producido una importante irrupción de los animales de compañía.

Lógicamente, nuestra profesión ha tenido que cambiar. Mi padre, que era veterinario, tenía que dedicarse a resolver cólicos y cojeras y un veterinario actual, dedicado a animales de compañía, realiza una medicina prácticamente equivalente a la humana, y en la que se manejan especialidades similares.

P. ¿Es cierto que la mayoría de los ciudadanos sólo relaciona al veterinario con el profesional que está en la clínica de animales de compañía?

R. Dada la demanda de atender a los animales de compañía que existe, y que la población es fundamentalmente urbana, la mayor parte de los ciudadanos españoles el contacto que tiene con el veterinario es este. Me duele constatar que se desconoce por completo nuestro papel en otros ámbitos, como en la garantía de seguridad de los alimentos, para lo que trabajamos desde hace 200 años.

También nos hemos dedicado a la salud pública, a la producción animal, y la profesión veterinaria ha sido una adelantada en el manejo de la reproducción animal. Muchas técnicas que ahora se aplican a la población humana, como la inseminación artificial o la reproducción in vitro, las venimos haciendo nosotros desde hace muchos años en la ganadería. También en genética nos hemos dedicado a seleccionar razas y por eso tenemos animales altamente cualificados genéticamente.

P. El IVA, la apertura de nuevas facultades, la precariedad laboral, son problemas que acechan a la profesión, ¿cuál cree que es el más difícil de solucionar?

Los tres son problemas muy serios. Lo que más me preocupa es la precariedad laboral y todo lo que se encamine a reducirla me parece absolutamente prioritario.  En Veterinaria tenemos un nivel relativamente bajo de desempleo, pero tenemos sueldos bajos y en algunos casos, sueldos inaceptables.

Pero esto está provocado por otros factores, como el hecho de que el número de facultades que se van creando es radicalmente superior a las que se deberían tener. El caso reciente de la de Lleida, por ejemplo, era innecesaria. Cuando veo que Dinamarca, Suecia o Austria tienen una facultad, y que nosotros tenemos 13, sinceramente me ruborizo.

Y respecto al IVA, el hecho de subirlo al 21%, y sólo en lo relativo a los animales de compañía, ha perjudicado mucho a la profesión. No entiendo el por qué se ha hecho así. Esto ha generado que muchas clínicas estén al borde de desaparecer y otras han asumido el aumento del IVA con tal de no perder clientes. 

P. ¿Considera que actualmente el grado de Veterinaria prepara para todos los retos a los que se tiene que enfrentar el profesional tras la carrera?

R. En términos generales creo que el grado forma bien a la gente, pero a veces los estudiantes tienen expectativas excesivas. Hay que recordar que la misión de los grados es dar una formación generalista, y si se quiere trabajar en un ámbito determinado, habrá que hacer una profundización, para lo que hay residencias, masters y otros estudios de posgrado. Dicho esto, creo que incluir un poco de formación empresarial en Veterinaria no vendría mal.

P. España acoge este año el Congreso Mundial de Veterinaria, ¿qué supone esto para el sector veterinario en España?

Hacía más de 50 años que no se celebraba el Congreso Mundial en España, y es un reconocimiento el valor y la pujanza de la veterinaria española. El evento servirá para hacer una reflexión sobre la situación actual del sector en el mundo y los veterinarios españoles conocerán así cuál es nuestra situación respecto a otros países y qué retos debemos afrontar de cara al futuro.

P. ¿Cuál cree que ha sido su mayor logro al frente de la Organización Colegial? ¿Y aquello que aún no ha logrado conseguir?

En todos estos años, creo que hemos logrado mejorar la imagen de nuestra profesión. También hemos intervenido en la legislación sobre sanidad animal o en la relativa a medicamentos. Hemos ganado pleitos contra la lucha del intrusismo y estamos planteando un programa de especialización como los médicos. He puesto mucho esfuerzo, aunque suelo ser autocrítico con mi gestión. Como parte negativa, destacaría el asunto del IVA, que me duele particularmente y lo tengo clavado como una espina. Es injusto y discriminatorio y no entiendo por qué tiene que ser así. 

 CONTINUARÁ EN PRÓXIMAS EDICIONES...