La radiofrecuencia aplicada junto con otras técnicas evitó que la perra tuviera que enfrentarse a una cirugía
La radiofrecuencia de Indiba ayuda a rehabilitar a una perra con luxación de rótula
La radiofrecuencia aplicada junto con otras técnicas evitó que la perra tuviera que enfrentarse a una cirugía
Redacción - 04-08-2023 - 11:45 H - min.
La luxación de rótula es una de las lesiones de rodilla más frecuentes en la clínica veterinaria y desde el Centro de Rehabilitación Animal de Referencia (CRAR) han compartido un caso clínico en el que la veterinaria experta Marina Gonzalo se tuvo que enfrentar a uno de estos casos.
En este sentido, la paciente, Molly, una perra caniche de 6 años, había sido operada hacía 2 años de luxación rotuliana en la extremidad posterior derecha y en el momento de llegar a la clínica veterinaria presentaba sintomatología en la extremidad izquierda.
Desde el CRAR explican que La luxación de rótula es un problema que afecta a todas las razas y tamaños, pero es más frecuente en razas pequeñas, como Boston y Yorkshire Terrier, maltés, caniche miniatura, caniche enano, Pomerania, Pekinés y Chihuahua.
La incidencia en perros de raza grande ha ido en aumento en los últimos 10 años, y razas como Shar Pei, Retriever o Akita se consideran predispuestas a esta enfermedad.
La luxación puede deberse a una lesión traumática, que provoca una cojera intensa aguda. Pero, frecuentemente, está asociada a deformaciones rotacionales y mala alineación del fémur y la tibia. La causa precisa de esta anormalidad no está del todo clara, probablemente se trata de un problema multifactorial.
El surco femoral donde se apoya la rótula, habitualmente es poco profundo o está ausente en perros con luxación rotuliana no traumática. Esta patología se considera una consecuencia de anomalías esqueléticas complejas que afectan a la alineación general de la extremidad.
Según explican desde el CRAR, Molly había realizado un plan de rehabilitación postquirúrgica hacía 2 años cuando se operó de luxación de rótula en la extremidad derecha. En aquella ocasión, Molly pasó dos veces por quirófano por una reluxación y después de mucho trabajo tuvo una buena evolución.
No obstante, cuando acudió al centro de referencia, presentaba sintomatología de luxación de rótula izquierda y se decidió instaurar un plan de rehabilitación previo a la cirugía, enfocado a evitar sobrecarga en la espalda y potenciar la fuerza del cuádriceps.
Así, se aplicó la radiofrecuencia Indiba, con el objetivo de aumentar el metabolismo dentro de la célula, mejorando el transporte de nutrientes a través de la membrana celular. Además, mediante esta técnica se incrementa la producción de energía celular (ATP), generando una cascada de efectos beneficiosos, con aumento de la función y salud celulares.
También se aplicó terapia manual, que sirve tanto para detectar cualquier alteración como para obtener información y tratar muchas patologías. Además, desde el centro de referencia enseñaron ejercicios concretos a los cuidadores de la perra, para que pudieran realizarlos en casa, en rutinas de rehabilitación ya que, según señalan, la implicación de las familias es imprescindible para conseguir una buena evolución de los pacientes.
Por otro lado, se utilizó la hidroterapia en cinta subacuática ya que el agua presenta una serie de propiedades de las que derivan sus efectos terapéuticos sobre el paciente. Produce fortalecimiento de la musculatura, aumento de la resistencia muscular, incremento de la resistencia cardiovascular, mejora del arco articular, mayor agilidad, reducción del dolor y sensación de bienestar.
Además, se aplicó la electroestimulación, con electrodos colocados en la piel donde se administran impulsos eléctricos que provocan contracciones musculares; y cinesiterapia pasiva y activa para ayudar a recuperar el control neuromotor EEPP: tratamiento mediante movimientos de las extremidades.
En el caso de la cinesiterapia pasiva, los movimientos los realiza el veterinario rehabilitador. En la cinesiterapia activa, el paciente está involucrado en la labor voluntaria de realizar la contracción muscular y/o movimiento corporal.
“Este tipo de terapias mejoran el arco de movilidad activo y pasivo, la masa/fuerza/resistencia muscular, la propiocepción, el equilibrio, la coordinación, la resistencia cardiovascular. Además, ayudan a reeducar la marcha y favorecen la pérdida de peso”, explican.
Gracias a la terapia de rehabilitación, no sólo desapareció la cojera de la perra, sino que la rótula no volvió a luxarse. Los resultados fueron tan buenos que la familia de Molly y el traumatólogo decidieron cancelar la cirugía.