El veterinario experto en comportamiento Jaume Fatjó aborda en el podcast ‘Virbac Contigo’ los problemas de agresividad en perros
Problemas de agresividad en perros: ¿Cuándo es recomendable la castración?
El veterinario experto en comportamiento Jaume Fatjó aborda en el podcast ‘Virbac Contigo’ los problemas de agresividad en perros
Francisco Ramón López - 08-09-2023 - 11:55 H - min.
Este año, Virbac presentó su nuevo canal de podcast ‘Virbac Contigo’, una iniciativa para promover la formación de los veterinarios en aspectos como los problemas de conducta en perros y gatos o la reproducción canina y felina desde la perspectiva clínica.
En este periodo de tiempo, ya han publicado 7 podcast impartidos por los expertos veterinarios Jaume Fatjó y Xiomara Lucas. A lo largo de varios podcasts, Fatjó ha abordado temas como los problemas de comportamiento y la castración o el marcaje en gatos y perros.
Ahora, Fatjó, diplomado europeo en bienestar animal y medicina del comportamiento y director y cofundador de Ethogroup, ha vuelto a ‘Virbac Contigo’, esta vez para abordar la agresividad y la castración.
En este podcast, el experto ha dado respuesta a preguntas como si resulta útil la castración en un caso de agresividad o si es cierto que algunas formas de agresividad pueden incluso empeorar tras la castración.
Además, han explicado en profundidad cómo funcionan los implantes de deslorelina, Suprelorin de Virbac, y si esta castración médica equivale a los efectos en el comportamiento que puede tener una castración quirúrgica.
Y es que desde Virbac explican que algunos propietarios se plantean castrar a su mascota para poner fin a comportamientos como la agresividad, pero esto no siempre va a producir los efectos deseados e incluso en ocasiones podría estar contraindicada.
En este sentido, Fatjó admite que antes la castración en perros se solía utilizar de forma más “indiscriminada” para corregir problemas de comportamiento, pero ahora los veterinarios se están volviendo más “selectivos”.
“A lo largo de los años hemos cambiado nuestra forma de entender muchos problemas de conducta”, insiste el experto, que apunta que ya se ha dejado atrás esa idea de que la agresividad del perro al resto de la familia se debe a la jerarquía y a la dominancia.
Es, insiste, esa idea de “líder de la manada” o “perro dominante”, que todavía se ve en algunos ámbitos, sobre todo en televisión. Afortunadamente, celebra que está “totalmente desterrada” del ámbito académico o de los veterinarios especializados en comportamiento en general.
Y es que recuerda que en la “inmensa mayoría de casos” esta agresividad hacia personas de la familia se genera porque el perro tiene un conflicto que no aborda adecuadamente, por lo que muestra señales de ansiedad y estrés.
Es por esto por lo que hay que tener cuidado con la castración, porque ya no se habla de dominancia, un comportamiento controlado por la testosterona, sino de ansiedad y estrés, en el que que no es así. Aquí entran en juego otras hormonas, pues la castración elimina la testosterona, pero no las gonadotropinas, provocando un incremento crónico de hormona luteinizante (LH), que afecta al comportamiento y tiene un componente ansiogénico.
De hecho, explica que en ratones se ha demostrado experimentalmente que los animales castrados son más miedosos y tendentes al estrés, pero si en lugar de la cirugía se le aplica un implante, un agonista de la hormona liberadora de gonadotropina (GNRH), como la deslorelina, ese efecto de aumento de la ansiedad provocado por la castración se revierte.
“Es decir, esta idea que algunas familias pueden tener de que la deslorelina es una copia exacta, un clon químico de una castración quirúrgica, no es verdad. Al menos desde el punto de vista del comportamiento”, señala.
Teniendo todo esto en cuenta, el tipo de agresividad que Fatjó considera sí que respondería bien a la castración, y en la que hay consenso científico, es la agresividad entre machos. “Ahí sí que vamos bastante sobre seguro”, señala, y explica que hay una serie de criterios con la que se puede identificar y perfilar fácilmente. Aquí, apunta, la actitud no suele ser de ansiedad o estrés, sino de enfrentamiento.
Eso sí, recuerda que este comportamiento puede ir acompañado de otros que no responderían tan bien a la castración. En este caso recomienda hacer un balance de coste-beneficio y ver qué conducta es la que más interesa modificar.
Por último, insta a los veterinarios a abordar problemas de comportamiento en atención primaria y no referirlos siempre, algo que cree que está ocurriendo. “El veterinario hoy en día actúa mucho más de lo que actuaba hace unos años cuando se le presenta una consulta de comportamiento”, concluye.