Un análisis de la evolución de los indicadores económicos tras la subida del IVA de los servicios veterinarios en 2012 constata que afectó gravemente al sector, que aún no se ha recuperado de todos sus efectos
El deterioro del sector veterinario por la subida del IVA
Un análisis de la evolución de los indicadores económicos tras la subida del IVA de los servicios veterinarios en 2012 constata que afectó gravemente al sector, que aún no se ha recuperado de todos sus efectos
Redacción - 06-10-2020 - 09:30 H - min.
El Real Decreto-Ley 20/2012 elevó los tipos de gravamen del IVA y pasó al tipo impositivo general algunas operaciones como la prestación de servicios veterinarios a animales de compañía, que sufrió un aumento del IVA de 13 puntos porcentuales (del 8% al 21%).
Un equipo de investigadores de la Universidad de Girona ha publicado un análisis de los efectos de este incremento impositivo, que defienden que “deterioró las cuentas de resultados de estas empresas, comprometiendo en casos su supervivencia”.
Así, señalan que sólo en 2014 y debido a, entre otras causas a la subida del IVA, se cerraron en España 730 clínicas de animales de compañía. “El sector veterinario de animales de compañía suele sufrir las consecuencias de las crisis con graves deterioros en las cifras de facturación y empleo, por lo que, en un sector ya castigado, resultaron de especial gravedad los efectos del incremento del IVA”, insisten.
En este contexto, la Confederación Empresarial Veterinaria Española (CEVE) encargó la elaboración de un informe académico que fue publicado en 2017 para documentar las consecuencias que para el sector supuso el cambio impositivo de 2012.
Partiendo de este informe, los investigadores han analizado la evolución de diferentes indicadores vinculados a la actividad de los servicios veterinarios a animales de compañía durante el periodo que conforman los ejercicios que preceden y siguen al cambio impositivo, con el fin de evidenciar este deterioro tras dicha modificación.
A la luz de los resultados analizados, los autores concluyen que el incremento del tipo de gravamen de IVA en los servicios veterinarios generado tras la promulgación del Real Decreto-Ley 20/2012 resultó perjudicial para los intereses económicos del tejido empresarial del sector en los ejercicios 2012, 2013 y 2014, constatándose el grave deterioro de diferentes variables e indicadores económicos, financieros y sociales relacionados con las cifras agregadas del sector veterinario en este periodo.
En concreto, se evidenciaron importantes decrementos en volumen de negocio, valor añadido, porcentaje de empresas grandes, cotizaciones de la Seguridad Social a cargo de las empresas y excedente bruto de explotación, que, con la mejora macroeconómica del país, se han recuperado de forma notable a partir de 2015.
Sin embargo, otros, como el salario medio, la tasa de estabilidad en el empleo y la productividad por persona ocupada seguían en 2017, en mayor o menor medida, en cifras alejadas de las previas al incremento impositivo. Además, las condiciones laborales de los trabajadores veterinarios que se deterioraron en ese periodo no han vuelto a restablecerse (incremento de trabajadores eventuales y no remunerados, del número de empresas veterinarias unipersonales, y, en general, de la precariedad en el empleo).
Al mismo tiempo, indican que, mientras se producía un deterioro de la salud pública, las arcas del Estado, a pesar de que aumentaron levemente la recaudación del IVA de estas actividades entre 2012 y 2014, redujeron las procedentes de las cotizaciones a la Seguridad Social del sector, la del Impuesto de Sociedades y del IRPF de los trabajadores.
Los investigadores admiten que una de las principales limitaciones al alcance de la investigación deriva de la gran complicación existente para determinar qué parte del deterioro sufrido correspondía al efecto de la crisis económica y qué parte provenía del incremento del IVA en el periodo inmediatamente subsiguiente al cambio fiscal.
En cualquier caso, al comparar las variaciones sufridas por determinados índices nacionales con sus correspondientes al sector veterinario entre 2012 y 2014 se puede observar, por ejemplo, que el salario medio de los veterinarios cayó un 10,10% en ese periodo, mientras el salario medio nacional aumentaba un 0,58 %.
Del mismo modo, la productividad por trabajador decreció un 12,91 % en el sector veterinario, mientras ascendía un 1,15% en el total del país. Por su parte, la caída del valor de la producción de las actividades veterinarias fue 6,46 veces más acentuada que la del total nacional (-1,68% frente a -0,2%).
Asimismo, realizaron un análisis estadístico que puso de manifiesto una relación de causalidad entre el incremento de IVA y el nivel de ocupados, la estabilidad en el empleo y la productividad.
Reflexionando sobre las consecuencias del incremento impositivo, los autores se preguntan si valió la pena incrementar el IVA del sector teniendo en cuenta la cifra tan “exigua” que se ha venido recaudando —una media de 8,48 millones de euros anuales en el periodo analizado (media del 0,0152205% de la recaudación total de IVA)—, y los “graves perjuicios originados”.
Los autores señalan que resulta “extremadamente complejo” establecer cuál sería el comportamiento de los ingresos públicos provenientes de la fiscalidad aplicada a este sector en el momento en que se produzca el retorno al tipo reducido de IVA, aunque aseguran que “parece claro” que se incrementaría la recaudación de las cotizaciones de la Seguridad Social (al mejorar el empleo y los salarios), del IRPF (al aumentar los salarios medios) y del Impuesto de Sociedades (al crecer los beneficios).
En cualquier caso, esta reducción impositiva, al permitir trasladar una parte sustancial del gasto de los clientes de los servicios veterinarios empleado actualmente en pagar el IVA hacia la remuneración del trabajo o del capital, debería contribuir a mejorar la viabilidad económica de las empresas y, sobre todo, las condiciones sociolaborales de los trabajadores, evitando además el consecuente deterioro de la salud pública que se suele producir cuando el sector pasa por dificultades económicas.