Una buena formación radiológica en veterinaria es imprescindible para los veterinarios dedicados a la clínica de pequeños de animales
"Mejor un veterinario bien formado que el equipo de radiología más avanzado"
Una buena formación radiológica en veterinaria es imprescindible para los veterinarios dedicados a la clínica de pequeños de animales
Redacción - 27-09-2019 - 14:14 H - min.
El aumento de la concienciación por el bienestar de los animales de compañía ha provocado que los propietarios inviertan más en la salud de sus mascotas e incluso que se decidan a tratar casos complejos como el temido cáncer canino. En este sentido, para detectar enfermedades de este tipo, cada vez más frecuentes, es necesario que los veterinarios estén bien formados en técnicas fundamentales como la radiología.
De la importancia de esta técnica en el día a día en la práctica clínica, nos habla una de las mayores expertas en radiología veterinaria del país, Isabel García Real, profesora de Radiología y Diagnóstico por Imagen de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
García Real, es además directora del curso online de interpretación radiológica en pequeños animales que ofrece el Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid (Colvema) y que ya han cursado casi 300 veterinarios.
La experta explica que las técnicas de diagnóstico por imagen como la radiografía son “imprescindibles” en la clínica veterinaria actual para ofrecer diagnósticos precisos “en un porcentaje muy alto” de los casos que puedan presentarse.
“Si me dan a elegir, es mejor un veterinario bien formado que el equipo de radiología más avanzado”, señala la profesora de la UCM. Y es que, un veterinario con una buena formación en la materia podrá “sacar el máximo partido” a la tecnología de que disponga, añade.
En este sentido, la especialista indica que hoy en día se aprecia mucho que los veterinarios tengan sólidos conocimientos en radiología ya que, la mayoría de las clínicas disponen de equipos de rayos X, muchas de ellas con sistemas de digitalización de imagen, cuyos precios oscilan entre los 12.000 euros y los 30.000 euros los más sofisticados, un material que el profesional debe saber manejar con pericia para ofrecer un buen servicio y aprovechar los recursos.
Precisamente, fue la importancia de esta técnica lo que la llevo a poner en marcha este curso que permite ampliar sus conocimientos en la materia tanto a veterinarios colegiados en la capital, como a cualquier otro profesional de toda España. Y es que, el formato online, facilita compaginar el curso con el día a día en cualquier clínica a lo largo del país, y que sea el veterinario quien gestione su tiempo adaptando la formación a su ritmo laboral.
“El formato online ayuda muchísimo”, reconoce García Real, y señala, desde su posición como profesora en la Facultad de Veterinaria de la UCM, que “la universidad tendría que tender a ello”, dado que facilita a los alumnos compaginar mejor su formación con otras actividades, y les aporta la comodidad de estudiar “desde el sillón de casa”.
A pesar de que la gestión de tiempo depende de cada alumno, la directora del curso asegura que el modelo tiene éxito gracias a las recomendaciones metodológicas y pautas que se les dan a los veterinarios que lo cursan.
En cuanto al perfil del alumno, según indica García Real, suele ser el veterinario que trabaja en una clínica veterinaria, pero que quiere afianzar sus conocimientos en radiología, ya que, según apunta, “con la mejora en la calidad de las imágenes que ha supuesto la digitalización, muchos veterinarios han sido conscientes de que pueden aprovechar mucho más esta herramienta diagnóstica”.
Así, García Real subraya que la formación que ofrece el curso de Colvema “aporta una muy buena base en radiología para jóvenes que quieren intentar especializarse en diagnóstico por imagen”, y por supuesto, es de mucha utilidad para que los veterinarios complementen la formación en radiología que han adquirido durante la carrera.
A este respecto, la profesora de la UCM matiza que, la formación en radiología impartida en la universidad es de calidad pero “algo limitada” ya que se imparte en una asignatura cuatrimestral en tercer curso, y lo aprendido no puede ponerse en práctica hasta quinto año de carrera, un hecho que, asegura, “se está intentando modificar” ya que, “se olvidan muchos conocimientos teóricos” en ese intervalo de 2 años.