HealthforAnimals, que representa a las empresas de la sanidad animal, critica un informe de inversores que advierte que las políticas de reducción del uso de antibióticos afectan a los resultados económicos de la industria de la salud animal
Desmienten que la reducción de antibióticos comprometa la economía de la industria farmacéutica veterinaria
HealthforAnimals, que representa a las empresas de la sanidad animal, critica un informe de inversores que advierte que las políticas de reducción del uso de antibióticos afectan a los resultados económicos de la industria de la salud animal
Francisco Ramón López - 18-01-2023 - 14:23 H - min.
La resistencia a los antimicrobianos se ha convertido en una preocupación social y política, y desde las instituciones nacionales y mundiales se empiezan a tomar medidas para atajar este problema de salud pública. El sector de la salud animal no es una excepción.
En este contexto, en 2016 se creó la iniciativa Riesgo y Rentabilidad de la Inversión en Animales de Granja (FAIRR), una red de inversores colaborativos para concienciar sobre los riesgos asociados con el mercado de la ganadería intensiva.
Entre los temas en los que el equipo de esta red de inversores se ha centrado se encuentra precisamente el uso de antimicrobianos, pues consideran que la legislación cada vez más estricta sobre su uso en ganadería podría tener un impacto en sus resultados económicos. De hecho, han publicado informes sobre este asunto.
Ahora, la industria mundial de la salud animal, representada por HealthforAnimals ha respondido a FAIRR en una carta firmada por su director ejecutivo Carel du Marchie Sarvaas en la que consideran que la calidad de estos informes es “decepcionante” y su análisis contiene “errores e inconsistencias” y termina llegando a “falsas conclusiones”.
Esta carta, explican desde HealthforAnimals, tiene como objetivo “abordar la confusión creada por la información proporcionada por FAIRR y brindar una imagen clara de las acciones tomadas con respecto a la resistencia a los antibióticos”.
Y es que, aseguran que las evaluaciones de FAIRR “asumen incorrectamente” que la reducción del uso de antibióticos para prevenir la resistencia a los antimicrobianos supone un “riesgo material” para el sector de la salud animal.
En este sentido, recuerdan que los ingresos del sector han crecido casi un 10% año tras año durante la última década (2011-21), pasando de 21.600 millones de dólares a 33.700. Además, la participación relativa de los antimicrobianos en la cartera de productos se redujo en casi un tercio, mientras que las ventas de productos centrados en la prevención han crecido a lo largo de todo el periodo.
“Estas cifras demuestran que el sector no depende de una sola categoría de productos y se destaca por proporcionar a los encargados de velar por la salud de los animales los productos adecuados, mientras se adapta a un panorama regulatorio y de enfermedades cambiante”, defienden.
Así, desde HealthforAnimals adelantan que las empresas de salud animal seguirán suministrando productos que puedan reducir la necesidad de antimicrobianos, pero también admiten que las enfermedades no siempre se pueden prevenir.
“Los antimicrobianos seguirán siendo una parte esencial del conjunto de herramientas veterinarias, porque los cuidadores de animales tienen la obligación de tratar a los pacientes enfermos. Por ejemplo, los mercados que han logrado reducciones significativas a menudo ven cómo el uso va disminuyendo a niveles más bajos hasta que se estabiliza año tras año, lo que refleja la presión continua de la enfermedad incluso cuando las medidas de prevención son sólidas”, indican.
Además, recuerdan que las autoridades políticas y reguladoras han confirmado que los antimicrobianos seguirán desempeñando un papel importante en el futuro, lo que contradice la suposición de FAIRR de que las regulaciones son un riesgo material. “Por ejemplo, hace menos de un año, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) de la Unión Europea (UE) determinó que todos los antibióticos en el mercado para animales cumplen con los criterios para un apropiado uso continuado en animales”, apuntan.
En general, la industria mundial de la sanidad animal considera que FAIRR evalúa de manera inapropiada los ingresos, al basarse en suposiciones incorrectas, lo que lleva a conclusiones equivocadas.
“Estas suposiciones producen cifras incorrectas y para corregirlas se requeriría que las empresas proporcionen información confidencial y competitiva que no es apropiada para su publicación”, aseguran.
Además, lamentan que sus conclusiones, en las que ninguna empresa supera el nivel ‘bajo’ en lo que respecta a su compromiso con la reducción del uso de antibióticos en animales, contrasta con el “consenso mundial” en torno a los avances en este ámbito.
“Las autoridades han venido constatando que la salud animal lidera los esfuerzos para reducir la necesidad de antibióticos y abordar las resistencias. Por ejemplo, un informe reciente de la OCDE y las instituciones de la Unión Europea ponía de manifiesto que en Europa había ‘más progreso en la ganadería que en el sector humano’ y desde 2016, ‘el consumo promedio de antibióticos en humanos ahora es más alto que en los animales productores de alimentos’.
Asimismo, la Organización Mundial de Sanidad Animal, que aporta datos de más de 180 países también concluyó que el uso mundial de antimicrobianos en animales disminuyó un 27% en 3 años y las mayores reducciones se produjeron en antimicrobianos de importancia crítica, con una caída del 43% en los macrólidos.
Las ventas también han caído en márgenes aún mayores en los principales mercados: un 55% en el Reino Unido desde 2014, un 38% en Estados Unidos desde 2015, un 47% en la Unión Europea desde 2011 y un 65% en Alemania desde 2011.
Por otro lado, lamentan que FAIRR pida a las empresas que apliquen los estándares de la UE en todos los países en lugar de trabajar con las partes interesadas para buscar soluciones locales apropiadas, el enfoque recomendado por muchas instituciones internacionales, como se defiende desde instituciones como Naciones Unidas, que pide que las medidas siempre “tengan en cuenta el contexto nacional”.
“Las reducciones en el uso de antibióticos en animales producción reflejan los enormes esfuerzos de la cadena de valor de la ganadería para mejorar la prevención de enfermedades animales a través de herramientas como vacunas, nutrición y diagnóstico, lo que reduce la necesidad de antibióticos”, aseguran.
Eso sí, insisten en que siempre existirán condiciones en las que los antibióticos serán necesarios, y estos medicamentos nunca deben negarse a los animales enfermos. Es por esto por lo que consideran que lo más responsable es abogar por centrarse en reducir la necesidad de antibióticos, no simplemente en su uso. Para ello han creado una hoja de ruta.