Stangest ha publicado un artículo en el que la veterinaria y rehabilitadora de animales Sarah Flavia analiza el estrés en las mascotas y explica cómo mitigarlo
¿Cómo reducir el estrés en las mascotas?
Stangest ha publicado un artículo en el que la veterinaria y rehabilitadora de animales Sarah Flavia analiza el estrés en las mascotas y explica cómo mitigarlo
Redacción - 19-01-2022 - 10:40 H - min.
El estrés afecta a los humanos y sabemos cuáles pueden ser sus causas. Este problema también perjudica a los animales y estos tienen su forma de comunicarlo. Por ello, debido a su importancia, la veterinaria experta en rehabilitación de animales Sarah Flavia ha analizado en un nuevo artículo publicado en el blog de Stangest el estrés en las mascotas, sus síntomas y cómo combatirlo.
“Sea el tipo de animal que sea, lo cierto es que el estrés les influye tanto o más que a nosotros”, explica la veterinaria, quien señala que los perros y los gatos son seres capaces de captar nuestras emociones o estados de ánimo y, por lo tanto, también el estrés de sus cuidadores.
“Es decir, no solo conviven con el suyo, que les puede desbordar ante diferentes situaciones de miedo, pánico, ruidos fuertes, olores desagradables, un compañero (humano o animal) con demasiada intensidad… sino que también perciben el estrés del humano con el que conviven o los de su entorno”, remarca Flavia.
El ritmo de vida de la sociedad actual puede hacer mella en la manera en que los propietarios atienden a sus animales de compañía. Por ello, la rehabilitadora de animales propone una serie de puntos a tener en cuenta para reducir el estrés de las mascotas.
En primer lugar, destaca que hay que cubrir sus necesidades adecuadamente. “No es simplemente atenderlos, pasearlos y darles de comer, sino también jugar e interactuar con ellos. Es muy importante para el vínculo animal-humano, son actividades que ayudan a fortalecer dicha relación”, apunta.
Asimismo, recomienda respetar los tiempos de las mascotas. En este sentido, no es lo mismo un paseo de 5 minutos porque se llega tarde a algún sitio, que un paseo tranquilo, aunque sea una vuelta a la manzana.
También hay que prestar atención a los cambios en el entorno, ya que cualquier cambio para ellos puede suponer un foco de estrés, tanto si es introducir un nuevo miembro en el hogar, una mudanza o, en animales que son más “maniáticos”, cambiarles la cama o el comedero de sitio.
Por último, la veterinaria destaca que hay que prestar atención a “nosotros”. Así, remarca que, como sus tutores, como sus compañeros de vida, si los titulares no están bien y no llevan un buen ritmo, ellos lo notan y también les suele afectar.
“¿Cuántas veces, teniendo un mal día, tras darle una voz más alta a tu animal, te has parado y has dicho 'uy, lo siento'? Si, además, hablamos de animales adoptados, es muy posible que en su mochila lleven una gran carga de estrés debido a la vida que han llevado antes, a todos los cambios que han vivido o por los traumas de sus días en la calle”, señala Flavia
El estrés en las mascotas se puede ir abriendo camino y pueden ir apareciendo cambios que les afectan a tres niveles: comportamental, físico y emocional. En cuanto al nivel comportamental, aparecen las estereotipias, lamidos de patas, vocalizaciones, ansiedad, miedos, fobias, micción fuera del lugar, rechazo hacia un miembro del hogar…
En cuanto al nivel físico, pueden aparecer alteraciones digestivas como diarrea, reflujos, vómitos biliares, incluso inapetencia; afecciones al sistema inmunitario, picores llegando a hacerse heridas, caída del pelo o incluso agudización del dolor.
Por último, en el plano emocional, están irascibles, pueden mostrarse más inquietos (sobre todo por las noches) y, a veces, actúan de manera impredecible.
“Lo primordial es encontrar el estímulo o la situación que les provoca entrar en ese estado. Contactar con un veterinario etólogo para que os asesore y guíe en el proceso es fundamental”, aconseja la experta en rehabilitación de animales.
Asimismo, cuando el propietario está en el hogar puede proporcionarle al animal de compañía un sitio seguro, para que pueda ir allí cuando quiera alejarse de lo que les estresa.
“También podemos usar productos naturales como el Collar Zen de Stangest, que contiene aceites esenciales de plantas relajantes, o usar difusores de feromonas. Y uno de los más importantes y difíciles: intentar bajar nuestro ritmo cuando estemos con ellos”, recomienda la veterinaria.
“En definitiva, si el estrés en nosotros hace mella, en nuestras mascotas su acción puede ser exponencial. Por ello te recomiendo que te fijes en estos detalles, que seas previsor, que te anticipes y actúes, sobre todo en momentos que sabes que van a ser estresantes para el animal. Sin duda alguna, te lo agradecerá y estarás velando por su bienestar”, concluye Flavia.