La Aemps registró en 2017 un 20% más de notificaciones de sospechas de efectos adversos. Si bien, el organismo aclara que España sigue estando muy lejos de países de nuestro entorno como Reino Unido o Francia
Aumentan las sospechas de efectos adversos en fármacos veterinarios
La Aemps registró en 2017 un 20% más de notificaciones de sospechas de efectos adversos. Si bien, el organismo aclara que España sigue estando muy lejos de países de nuestro entorno como Reino Unido o Francia
Ángel Espínola - 25-05-2018 - 14:00 H - min.
Durante el año 2017, el Departamento de Medicamentos Veterinarios de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) recibió un total de 1.860 notificaciones individuales de sospechas de efectos adversos (SAE) de medicamentos veterinarios, lo que supone un incremento del 20,93% respecto a los datos del 2016.
Así se desprende del Boletín Anual de Farmacovigilancia Veterinaria de 2017 de la institución, que aclara que las notificaciones de sospechas de efectos adversos pueden referirse a reacciones adversas en animales, falta de eficacia esperada, reacciones en personas o transmisión de agentes infecciosos, entre otros.
Además, la Aemps recuerda que la notificación o comunicación de una SAE es obligatoria conforme la legislación nacional tanto para los profesionales sanitarios como para los titulares de los fármacos.
Del total de notificaciones registradas, 1.352 fueron casos notificados por primera vez, y 508 seguimientos que aportaban una mayor información sobre casos notificados previamente. Entre las especies de destino para las que se presentaron los SAE se encuentran perros (800 notificaciones), vacas (120), gatos (104), ovejas (96) o cerdos (59) y, por lo que se refiere a los tipos de medicamentos veterinarios implicados, los grupos en los que más frecuentemente se ha notificado corresponden a vacunas, antiparasitarios, hormonales, medicamentos a base de combinaciones de sustancias activas, antimicrobianos o agentes neurológicos.
Respecto al origen de las notificaciones, la mayoría de las sospechas fueron realizadas por los propios titulares de comercialización de los medicamentos (en un 94,74% de los casos), frente al resto de posibles orígenes (profesionales sanitarios, ganaderos, propietarios de animales, otros usuarios, etc.), que notificaron el 5,26%.
Pese al incremento del número de SAE notificadas durante 2017 en España, la Aemps asegura que el número actual “aún sigue estando lejos de los índices de otros países de nuestro entorno con poblaciones animales y número de tratamientos anuales parecidos o ligeramente superiores a los nuestros (Reino Unido, Francia y Alemania) donde se superan las 3.000-4.000 cada año”. Además, las SAE recibidas correspondieron a 39 titulares, “mejorando los niveles de otros años, y abarcando a una gran mayoría de titulares con medicamentos veterinarios registrados en España”, señala el informe.
NO DEBE SER CONSIDERADO COMO ALGO EXTRAORDINARIO
El documento publicado por la Aemps también recalca que el hecho de que se observen efectos adversos en fármacos veterinarios no debe ser considerado como algo extraordinario, “ya que no hay ningún medicamento que sea totalmente inocuo o exento de poder causar reacciones, ni ningún medicamento que sea 100% eficaz”.
De ahí, la necesidad de implementar un sistema de farmacovigilancia y una evaluación técnica del balance beneficio/riesgo, para aportar a todos los interesados (profesionales sanitarios, ganaderos, propietarios de los animales y usuarios en general) “la mejor información que ayude a tomar las mejores decisiones de tratamiento en cada momento”.