SÁBADO, 20 de abril 2024

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EMPRESAS

“Los veterinarios tenemos un corazón enorme, pero luego falla la gestión”

Un grupo de expertos en gestión en clínicas veterinarias reflexiona sobre algunos de los problemas del sector, como la falta de rentabilidad, los precios bajos o la llegada de los fondos de inversión

Los participantes de la mesa redonda (izda a dcha): Javier Martínez, Ignacio Mérida, Benito Pérez y Ángel Jesús Rodríguez.
Los participantes de la mesa redonda (izda a dcha): Javier Martínez, Ignacio Mérida, Benito Pérez y Ángel Jesús Rodríguez.

“Los veterinarios tenemos un corazón enorme, pero luego falla la gestión”

Un grupo de expertos en gestión en clínicas veterinarias reflexiona sobre algunos de los problemas del sector, como la falta de rentabilidad, los precios bajos o la llegada de los fondos de inversión

Francisco Ramón López - 09-03-2020 - 15:01 H - min.

El Aula Veterinaria de la feria Iberzoo+Propet que se celebró en el recinto ferial IFEMA acogió una mesa redonda para abordar el estado de las clínicas veterinarias en España, en la que se abordaron algunos de los temas que más preocupan al sector, como la falta de rentabilidad, la dificultad para establecer precios acordes o la llegada de los fondos de inversión.

En la mesa participaron cuatro veterinarios de distintos ámbitos del sector de las clínicas de animales de compañía; estos expertos fueron Javier Martínez, Ignacio Mérida, Benito Pérez y Ángel Jesús Rodríguez.

Javier Martínez fue el primero en participar, esbozando el estado del sector, que cuenta con alrededor 6.300 centros veterinarios, marcado por una mayoría de clínicas pequeñas (62%) de uno o dos trabajadores y un consumo medio por paciente de 196 euros al año; algo que calificó como “muy bajo”.

Esto provoca que la facturación media de una clínica en España sea de 22.000 euros mensuales, lo que, para Martínez, dificulta su capacidad de negociación. Ignacio Mérida continuó defendiendo que no se puede estar “de espaldas al mercado” y habrá que adaptarse. Uno de estos cambios es que con el mayor acceso a la información se pueden comparar más precios.

Benito Pérez, por su parte, fue más optimista, y aseguró que las cosas están mejorando. “En el futuro vamos a estar mejor, sinceramente”, defendió, y manifestó que, a nivel profesional, los veterinarios están convirtiéndose en una profesión bien reconocida.

Respecto a los cambios, abogó por aceptarlos y adaptarse, pero siempre porque esos cambios se han impulsado desde el sector y por razones consensuadas, y no por presiones económicas externas, como pueden ser los fondos de inversión.

EL EFECTO DE LA CRISIS

Estos cambios, para Ángel Jesús Rodríguez, el último en participar en la primera ronda, se están acelerando y apuntó que la tendencia en los precios se debe a que en España el nivel económico de los asalariados es bajo, y además, desde la crisis, ha cambiado la mentalidad del consumidor, que es más exigente y mira más el dinero. Es por esto por lo que admitió que subir el ticket medio “cuesta mucho trabajo”

Para Benito Pérez lo que ha fallado es la falta de una política de precios adecuados. En este sentido, hacía referencia a reuniones en las que los distintos veterinarios tenían ideas muy distintas de cuáles eran los precios más adecuados para el sector. “El cálculo de costes para establecer precios nunca se ha establecido en veterinaria”, inistía.

En esta línea, la conversación se dirigió hacia la falta de rentabilidad de las clínicas, asunto en el que se coincidió que pasa por mejorar la gestión y la productividad. A este respecto Rodríguez puso como ejemplo la excesiva duración de las consultas.

REIVINDICANDO EL VALOR DEL TRABAJO

“Los veterinarios tenemos un gran valor, tenemos un corazón enorme, que no nos cabe en el pecho, y eso nos hace hacer cosas maravillosas. Pero luego, a nivel de gestionar, nos falla el cerebro”, manifestó.

Esto provoca, apuntó que se trate a los empleados más “como amigos” o que se regalen pruebas o servicios. “Son errores que sabemos que cometemos, pero los seguimos cometiendo”, lamentó.

Martínez coincidió con él en este punto, y aseguró que los descuentos y los servicios no cobrados son un problema de eficiencia. En este sentido, estimó que algunas clínicas que realizan estas prácticas podrían facturar entre un 20% o 30% más simplemente cobrando por sus servicios.

Esto se debe, apuntó Benito, a que los veterinarios no transmiten a los clientes la importancia de su trabajo. “Nadie regatea con el mecánico ni se plantea cuánto cuesta un cambio de ruedas”, apuntó.

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