Un niño salva a 1.200 perros de ser sacrificados

La hazaña de Roman McConn, un niño norteamericano de 7 años, comenzó en 2015 cuando, con 4 años de edad, visitó el refugio de animales de Texas donde adoptó a su perra. Sensibilizado por la cantidad de perros que había sin adoptar y que podrían ser sacrificados, decidió crear junto a su madre, Jennifer McConn, el proyecto “Freedom Ride”, dedicado a ayudar a perros de diferentes refugios que nadie quiere o que están a punto de morir.

Tomando cartas en el asunto, madre e hijo pusieron en marcha una campaña en redes sociales para facilitar el contacto entre los refugios de perros y las familias adoptantes. De esta forma, subían vídeos a Internet donde el propio McConn explicaba con sus palabras las razas de perros, su edad y por qué debían adoptarlos, quien también llegó a pedir por su cumpleaños donaciones para la causa en vez de regalos.

Dando un paso más en su labor de voluntario, McConn convenció a sus padres para adoptar a 31 perros cuando tuvieron que mudarse de Texas a Washignton, desde donde continuó con su objetivo de rescatar a los perros de los refugios, llegando a crear en 2016 el proyecto “Freedom Ride”.

El objetivo de este proyecto es encontrarles un hogar a los perros de los refugios a través de la recaudación de fondos mientras que es la familia de McConn quién se encarga del transporte de los animales.

Desde entonces McConn ha salvado la vida a más de 1.200 perros que estaban a punto de morir, estimando que, gracias al proyecto, la familia McConn ha rescatado una media de 50 al mes durante estos dos últimos años.