JUEVES, 28 de marzo 2024

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ANIMALADAS

Preocupación en Buckingham por la muerte del perro de Beatriz de York

La princesa Beatriz de York ha tenido que sacrificar a uno de sus perros que había sido envenenado durante un paseo en los jardines del Castillo de Windsor. El envenenamiento pudo ser intencionado o debido a la ingesta de alguna toxina natural, como la que se encuentra en los hongos, ya que los veterinarios no pudieron identificar el veneno

La princesa Beatriz de York (derecha) junto a su hermana, la princesa Eugenia, y sus perros.
La princesa Beatriz de York (derecha) junto a su hermana, la princesa Eugenia, y sus perros.

Preocupación en Buckingham por la muerte del perro de Beatriz de York

La princesa Beatriz de York ha tenido que sacrificar a uno de sus perros que había sido envenenado durante un paseo en los jardines del Castillo de Windsor. El envenenamiento pudo ser intencionado o debido a la ingesta de alguna toxina natural, como la que se encuentra en los hongos, ya que los veterinarios no pudieron identificar el veneno

Alfonso Neira de Urbina - 15-01-2019 - 14:50 H - min.

El amor de la reina de Inglaterra hacia los animales es de sobra conocido por el público. Un sentimiento que es compartido por varios miembros de la familia real británica, entre ellos, la nieta de la monarca e hija del duque de York y de Sarah Ferguson, la princesa Beatriz de York.

Beatriz de York se ha tenido que enfrentar a uno de las decisiones más duras para un dueño, el sacrificio de su perro Orange, uno de sus 5 Norfolk Terrier. Un hecho que ha provocado preocupación en su entorno, debido a que el animal pudo ser envenenado intencionadamente, y que no le ha permitido disfrutar de las fiestas, ya que la princesa de 30 años de edad pasó el año nuevo en Kenya junto a su nuevo novio Edoardo Mapelli Mozzi, pero como ha explicado un amigo de la pareja al diario Sun, “Bea está enamorada de Edo, pero no consigue dejar de pensar en su perro, porque lo que ha sucedido ha sido traumatizante”.

El perro de la princesa murió a causa de un misterioso envenenamiento, que se produjo el mes pasado durante un paseo por el Windsor Great Park. Al volver de la caminata, Orange empezó a desarrollar síntomas de que no estaba bien, por lo que la princesa decidió llevarlo al veterinario.

Desafortunadamente, los veterinarios no pudieron identificar la toxina que había ingerido el perro, lo que deja el interrogante de si el animal fue envenenado intencionalmente o si, por el contrario, ingirió algún veneno que se encuentra en la naturaleza. Debido a la gravedad del cuadro que presentaba Orange, la primogénita del Duque de York tomó la decisión de sacrificar a su mascota para poner fin a su sufrimiento.

Según ha explicado el amigo de Beatriz de York, “ninguno parece saber si el veneno era una sustancia natural, como un hongo, o si por el contrario es obra de un maníaco que detesta a los perros, y ahora obviamente Beatriz siente miedo por sus mascotas y no las pierde jamás de vista”.

Este no es el primer caso en que un perro de la familia real británica muere envenado. Según ha desvelado un documental de Netflix, en 1999 Phoenix, mascota de Isabel II de Inglaterra, murió por haber sido envenenado por uno de los empleados del Palacio de Buckingham.

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