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ANIMALADAS

Los perros de raza pequeña son los que más se estresan en los refugios

Un estudio ha desvelado que los perros presentan un fuerte aumento de cortisol, la hormona que mide el nivel de estrés, cuando ingresan en los refugios y que este problema se acrecienta en las razas pequeñas

Aunque las condiciones del refugio sean idóneas, los perros sufren estrés.
Aunque las condiciones del refugio sean idóneas, los perros sufren estrés.

Los perros de raza pequeña son los que más se estresan en los refugios

Un estudio ha desvelado que los perros presentan un fuerte aumento de cortisol, la hormona que mide el nivel de estrés, cuando ingresan en los refugios y que este problema se acrecienta en las razas pequeñas

Redacción - 22-04-2022 - 09:08 H - min.

A pesar de los buenos cuidados, un refugio puede ser un entorno estresante para los perros. Por ello, investigadores de la Universidad de Utrecht analizaron si la cantidad de la hormona cortisol en el pelo indica los niveles de estrés que experimentan los perros antes, durante y después de su estancia en el refugio.

Los investigadores señalan en el estudio que no se detectaron diferencias entre los niveles de cortisol de los perros cuando entraron en el refugio y el grupo de control de perros domésticos. Tras seis semanas en el refugio, los niveles de cortisol en el pelo habían aumentado en un tercio (de media, de 16 pg/mg a 21,8 pg/mg), explican.

En las mediciones realizadas seis semanas y seis meses después de la adopción, los niveles de cortisol disminuyeron, moviéndose en la dirección de los valores al ingreso en el refugio, tal y como han desvelado los resultados del estudio que se ha publicado en la revista científica Scientific Reports.

La hormona del estrés, el cortisol, se acumula en el pelo, tanto en los humanos como en los animales. Al medir los niveles de cortisol en el pelo, los investigadores pueden hacerse una idea de la respuesta al estrés y su recuperación a lo largo de semanas o meses, dependiendo de la longitud del pelo examinado. Esta técnica se ha utilizado ampliamente en humanos y otras especies, y hasta ahora se han realizado unos quince estudios científicos en perros.

"Además de las mediciones de cortisol en el pelo, también medimos los valores de cortisol en la orina de los perros. Esto ofrece una imagen a corto plazo, mientras que las mediciones en el pelo muestran el largo plazo", explica la investigadora Janneke van der Laan.

MÁS CORTISOL EN LOS PERROS PEQUEÑOS

Los investigadores examinaron el pelo de 52 perros del refugio en cuatro momentos: justo antes del ingreso, después de seis semanas en el refugio, seis semanas después de la adopción y seis meses después de la adopción. Compararon los valores de cortisol antes del ingreso con los de veinte perros domésticos, que eran similares en cuanto a raza, edad y sexo.

Van der Laan afirma que "realizaron mediciones diarias en el refugio durante más de un año. Después de la adopción, los nuevos propietarios —tras recibir instrucciones claras— cortaron el pelo de los perros y nos lo enviaron".

Uno de los resultados más llamativos es que los perros más pequeños suelen tener niveles de cortisol más altos que los grandes. "También hemos visto este patrón en estudios anteriores, por ejemplo, en una investigación sobre el patrón de descanso de los perros de refugio. No tenemos una hipótesis clara de por qué es así, pero es interesante y es un área de interés para futuras investigaciones", indica.

BIENESTAR EN EL REFUGIO

Todos los perros de refugio examinados estaban en el mismo centro. Por supuesto, hay diferencias significativas entre los refugios, no sólo dentro de los Países Bajos, sino también a nivel internacional. En los Países Bajos, los perros suelen estar alojados individualmente, mientras que en otros países suelen estar en grupos.

"Sabemos que un refugio no es un entorno libre de estrés para los perros, aunque los miembros del personal hagan todo lo que está en su mano por conseguir el mayor bienestar posible", defiende Van der Laan.

"Aunque se organice un refugio de la mejor manera posible, siguen existiendo factores de estrés, como las aglomeraciones de otros perros y no poder salir al exterior con la frecuencia habitual. Y lo más importante: el perro se aleja de su antiguo entorno familiar", señala.

El refugio de este estudio es pionero en la mejora del bienestar de los perros: por ejemplo, utilizan paredes de cristal en lugar de barrotes para reducir la contaminación acústica de los perros. "El hecho de que hayamos medido un aumento de la cantidad de cortisol incluso en este refugio, sugiere que este será también el caso en otros refugios", apunta Van Der Laan.

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