Nueva York prohibirá la extirpación de uñas en gatos

Nueva York está en camino de convertirse en el primer estado de Estados Unidos que prohíba la extirpación de las uñas de los gatos, una práctica ya vetada en numerosos países, entre ellos España, por el dolor y los problemas que causa a los animales. La asamblea estatal aprobó la medida este martes y ahora la norma está en manos del gobernador, Andrew Cuomo, que debe firmarla para que entre en vigor. 

La nueva ley prohibiría la extirpación de las uñas, conocida técnicamente como desungulación u oniquectomía, con la excepción de casos en los que se considere una necesidad médica.

De esta forma, terminaría con las operaciones por motivos cosméticos o para evitar daños en el mobiliario doméstico, uno de los motivos más habituales que los propietarios de los animales de compañía citan para quitar las uñas a sus gatos.

"Es una amputación, causa dolor y sufrimiento, todo porque los dueños se preocupan más de sus muebles que de su gato", apuntó la asambleísta Linda Rosenthal, promotora de la ley.

Rosenthal ya presentó el proyecto en el año 2015 y ahora, finalmente, ha logrado su aprobación en las dos cámaras legislativas del estado. Según ella y otros promotores de la norma, la desungulación es similar a amputar un dedo y es una operación muy seria que a menudo resulta en complicaciones.

¿QUÉ ES LA DESUNGULACIÓN Y QUÉ CONSECUENCIAS TIENE PARA EL GATO?

La oniquectomía o desungulación es una operación quirúrgica veterinaria, en la que se administra anestesia general al gato al que se le van a extirpar las uñas. Entonces, el veterinario amputa la uña y el hueso en el que ésta crece. Asimismo, secciona el tendón y el ligamento que sostiene cada garra, y corta el tejido blando que rodea la zona. De hecho, la Sociedad Internacional de Medicina Felina considera que cualquier intervención de este tipo que no sea por motivos estricatemnte médicos se considera una mutilación. 

Diversos estudios publicados en la Journal of Feline Medicine and Surgery, la revista más prestigiosa de medicina felina, sugieren que los félidos utilizan sus uñas como una herramienta diaria que les sirve, además de para trepar, para rascarse, jugar, escalar, cazar o defenderse de agresiones. También  las utilizan, clavándolas en una superficie, para estirar los músculos. Rascar o arañar forma parte del ser del gato y es un hecho que tiene varias finalidades, como liberar estrés, marcar el territorio o ejercitarse.

Las consecuencias que puede tener la desungulación en los gatos están relacionadas con la ingente cantidad de actividades que realizan con el apoyo de las uñas. En este sentido, la práctica puede afectar hasta en el simple hecho de caminar. Un gato desungulado, cuando camina, toda la superficie de la pata está en contacto con el suelo y, al faltarle el extremo de la garra, tiene que modificar su postura corporal y manera de andar, lo que puede provocarle lesiones dolorosas y cojera.

OPOSICIÓN  DE LA SOCIEDAD VETERINARIA DE NY

Del otro lado, grupos profesionales como la Sociedad Veterinaria de Nueva York se habían pronunciado en contra, argumentando que la práctica debe ser una opción disponible cuando la alternativa es el abandono o la eutanasia, principalmente cuando hay alguna persona en el hogar con problemas de salud a la que los arañazos puedan poner en peligro.

"Estos dueños de gatos no deberían verse forzados a la cesión o la eutanasia de su mascota porque la opción de extirpar las uñas del gato no está disponible", defendió esa organización en un comunicado publicado en mayo.

Según estos veterinarios, la desungulación es una decisión médica que deben tomar los dueños en consulta con profesionales. Aunque la práctica está prohibida en numerosos países, en Estados Unidos únicamente algunas ciudades la tienen vetada a escala local. 

LA DESUNGULACIÓN EN ESPAÑA

En España, este tipo de operaciones quirúrgicas está prohibida, salvo en el caso de que un veterinario la considere necesaria, por razones de medicina veterinaria o en beneficio de un ejemplar determinado.

Las ungulaciones suelen realizarse por motivos estéticos o para que los gatos no estropeen los muebles de las casas, ambos casos vetados por muchos países, entre ellos los europeos que han suscrito el Convenio Europeo sobre protección de animales de compañía.

España se adhirió en 2017 al convenio, que fue publicado en el Boletín oficial del Estado (BOE) el 11 de octubre, y en este se prohíbe expresamente la desungulación, así como otras operaciones quirúrgicas cuyo objeto sea conseguir fines no curativos.