La mosca negra no es una especie invasora en España, pero en los últimos años está registrando una expansión vertiginosa, lo que puede suponer un riesgo para la salud pública y animal
La mosca negra se expande por España: Los peligros para los animales
La mosca negra no es una especie invasora en España, pero en los últimos años está registrando una expansión vertiginosa, lo que puede suponer un riesgo para la salud pública y animal
Redacción - 20-05-2022 - 13:25 H - min.
El aumento de las temperaturas y un mundo cada vez más globalizado y conectado está generando efectos medioambientales, que tiene consecuencias en ámbitos como la proliferación de insectos como es el caso de la mosca negra, que está en expansión en algunas zonas de España.
Entre esas zonas destaca el caso de la comarca catalana del Baix Llobregat, en la que el Servicio de Control de Mosquitos del Consejo Comarcal está llevando a cabo un estudio en los entornos del río Anoia de los municipios de Abrera y Martorell para conocer por qué la mosca ha estado tan presente los últimos años.
De hecho, la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla) advierte que “se ha expandido de manera vertiginosa” por todo el territorio nacional, especialmente en las zonas cercanas a los cauces de los ríos.
La asociación también ha alertado de que la mosca negra es un “potencial riesgo de salud pública en España”. En este sentido, desde la organización señalan que es una especie autóctona no trasmisora de enfermedades, pero advierten de que esta situación puede cambiar.
Debido a la globalización y a los efectos del cambio climático, Anecpla considera que es “cuestión de tiempo” que la mosca negra en España comience a transmitir enfermedades si no se concretan las medidas de prevención adecuadas para su control.
“La única manera que tenemos de evitarlo es que las Administraciones Públicas vuelquen todos sus esfuerzos en el control de esta especie, que está muy cerca de llegar a convertirse en un importante problema de salud pública en España”, defiende Sergio Monge, presidente de Anecpla.
El director general de Anecpla, Jorge Galván, sostiene que “las altas temperaturas son uno de los factores principales para que se produzca un pico en el volumen de población de mosca negra”. “Su ciclo de vida, que puede completarse desde unos días hasta varios meses, puede llegar a reducirse a la mitad cuando hace mucho calor”, apunta.
La mosca negra (Simulium erythrocephalum) es un vector que pertenece al orden de los dípteros. Este simúlido es un insecto diurno que puede volar durante largas distancias y pica a cualquier hora del día durante los meses más cálidos (generalmente entre mayo y octubre).
Asimismo, la mosca negra, tal y como explican desde la Comunidad de Madrid (CAM), no transmite ninguna enfermedad en España. Eso sí, la Consejería de Sanidad madrileña ha registrado que, en los lugares afectador por la presencia de este díptero, el número de consultas por picaduras es mayor que la media.
Actualmente, las regiones españolas más afectadas por la presencia de este díptero son Andalucía, Aragón, Cataluña, Madrid, Murcia y Valencia, donde la mosca negra “ha crecido hasta cifras nunca vistas, debido fundamentalmente al aumento de las temperaturas de los últimos años”.
Cuando las condiciones de luz y temperatura son idóneas, los adultos emergen de las fuentes de agua tras su metamorfosis, en algunos casos de manera abrupta y masiva, lo que resulta muy molesto para personas y animales. La picadura, o mejor dicho mordedura, causa dolor e irritación y en ocasiones produce dermatitis, edema y picor, llegando en algunos casos el afectado a necesitar atención médica.
“El problema fundamental de este insecto es que no pica, sino que muerde en forma de sierra, generando una herida de consideración importante y pudiendo dar lugar a infecciones y reacciones alérgicas muy alarmantes, que en algunos casos requieren hospitalización”, apunta el director general de Anecpla.
De esta forma, la mosca negra muerde, provocando un pequeño desgarro en la piel de su víctima. Empieza inoculando una pequeña dosis de anestésico, que le permite morder sin que se dé cuenta la persona o el animal atacado.
La saliva de este insecto suele provocar fuertes cuadros de alergia e importantes dolores en la zona. El efecto final se traduce en una roncha de varios centímetros que suele incluso sangrar, acompañada de una elevada hinchazón que puede llegar a durar hasta un mes.
El problema de la picadura de la mosca negra también puede afectar a los perros que viven en lugares donde este insecto está presente, pudiendo provocar eczemas a los animales de compañía, especialmente a los que viven al aire libre.
Hay que tener en cuenta que en algunos perros la picadura de la mosca negra puede causar reacciones alérgicas y además la herida abierta fruto del rascado atrae más moscas, empeorando la situación. Por ello, en los perros propensos a padecer eccemas es importante protegerles contra las picaduras mediante el uso de repelentes.
Las picaduras de la mosca negra no tienen por qué causar grandes problemas y suelen curarse por sí solas. Sin embargo, las picaduras más graves, las que se infectan, pueden terminar dejando cicatrices. Es importante recordar que las infecciones deben ser tratadas por un veterinario.
En varios países del mundo se han producido numerosos casos de brotes de mosca negra, en los que la repentina aparición de enormes poblaciones de estos insectos ha provocado graves problemas tanto a la población como al ganado, según explica un equipo de investigadores, con participación de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, en su trabajo ‘Expansión de los simúlidos en España: Un nuevo reto para la salud pública y la sanidad animal’.
Conforme señala el equipo de investigadores, las picaduras mal curadas, tanto en el caso de los humanos como en el de los animales, puede acabar desembocando en infecciones secundarias. Además, en países de clima cálido como España, estas picaduras pueden complicarse con miasis cutáneas derivadas de la acción de otros dípteros braquíceros.
Igualmente, los investigadores señalan que de forma ocasional se han descrito ataques masivos de enjambres al ganado, que pueden causar la muerte de animales por simuliotoxicosis o directamente por shock hipovolémico. “En nuestro país no hay registrados casos de muerte de animales domésticos por ataques masivos de simúlidos”, recuerdan.
Por el momento, el papel de la mosca negra como vector en personas parece estar restringido a zonas tropicales, pero explican que no puede descartarse el hecho de que “un cambio epidemiológico sea posible, a imagen de sucesos semejantes experimentados por otras enfermedades vehiculadas por artrópodos”.
Al igual que el ser humano, los animales pueden contraer y verse afectados por patógenos transmitidos por este insecto, como nematodos filariales, protozoos y varios virus. Entre ellos, los investigadores remarcan la oncocercosis bovina, la leucocytozoonosis y trypanosomiasis aviar, la encefalitis equina venezolana, la mixomatosis o el virus de la estomatitis vesicular.