Un grupo de investigadoras ha desarrollado el programa de capacitación Vet-3Rs para que los veterinarios sean capaces de detectar las señales de alarma cuando se encuentren con un potencial caso de violencia de género con animales involucrados
Desarrollan un programa de capacitación para que veterinarios detecten casos de violencia de género
Un grupo de investigadoras ha desarrollado el programa de capacitación Vet-3Rs para que los veterinarios sean capaces de detectar las señales de alarma cuando se encuentren con un potencial caso de violencia de género con animales involucrados
Francisco Ramón López - 13-02-2024 - 10:11 H - min.
Los profesionales veterinarios tienen un papel clave a la hora de facilitar la colaboración entre múltiples agencias para prevenir y responder a la violencia de género en situaciones en las que los animales pueden estar directa o indirectamente involucrados.
Sin embargo, a pesar de su posición como puntos de contacto potenciales para víctimas con animales, muchos profesionales veterinarios no se sienten capacitados para actuar ante sospechas o señales de violencia de género.
En respuesta a esta necesidad identificada, un servicio que opera en Melbourne, Australia, desarrolló el programa de capacitación Vet-3Rs (Reconocer-Responder-Referir) que se puso a prueba en 65 profesionales veterinarios en la Región Metropolitana del Este de Melbourne.
Para probar la efectividad del programa de capacitación, llevaron a cabo un estudio exploratorio para medir la confianza y la capacidad de los profesionales veterinarios para reconocer, responder y referir a las víctimas de violencia de género.
De esta manera, se invitó a los participantes a completar encuestas en línea antes y después de la capacitación para evaluar su comprensión de la violencia de género y su capacidad para apoyar a las potenciales víctimas con animales que se presentaban en sus centros.
Las puntuaciones de la autoevaluación previa a la capacitación indicaron que, si bien la mayoría de los profesionales veterinarios son conscientes del vínculo entre el maltrato animal y la violencia de género, carecen de confianza para responder y derivar a las personas cuando se enfrentan a sospechas o señales de maltrato. Sin embargo, al finalizar el programa Vet-3Rs, los participantes informaron marcadas mejoras en su capacidad para reconocer, responder y referir víctimas.
La mejora más significativa, explican las autoras del estudio, se pudo observar en la capacidad autoinformada de los participantes para responder adecuadamente a las sospechas de violencia de género.
Sin embargo, a pesar de esta mejora en la detección, los veterinarios señalaban una falta de redes de derivación y procedimientos más amplios para las víctimas de violencia de género que acuden a las clínicas. “La colaboración con los servicios locales de violencia de género ayudaría a los consultorios veterinarios a determinar la ruta de derivación más segura y adecuada para su área, ya que esto puede variar ampliamente entre regiones”, indican.
Por todo ello, las investigadoras señalan que, si bien los resultados son indicativos sólo debido al pequeño tamaño de la muestra, este estudio sugiere que los profesionales veterinarios pueden ser un punto de intervención infrautilizado para las víctimas de violencia de género con animales.
“El programa de capacitación del Vet-3Rs puede ser una herramienta útil para aumentar la efectividad de este punto de intervención para ayudar de manera segura a las víctimas-sobrevivientes de VD. Sería beneficioso realizar más investigaciones sobre programas similares con una cohorte más grande de participantes para medir el impacto de dichos programas a una escala más amplia”, concluyen.