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ANIMALADAS

Comprender mejor la cardiopatía más común en gatos puede ayudar a los humanos

Veterinarios estudian una dolencia cardiaca común en los gatos con la esperanza de que su investigación pueda ayudar también a mejorar la salud humana

Sonja Fonfara, cardióloga veterinaria, está investigando con su equipo la cardiomiopatía hipertrófica en gatos.
Sonja Fonfara, cardióloga veterinaria, está investigando con su equipo la cardiomiopatía hipertrófica en gatos.

Comprender mejor la cardiopatía más común en gatos puede ayudar a los humanos

Veterinarios estudian una dolencia cardiaca común en los gatos con la esperanza de que su investigación pueda ayudar también a mejorar la salud humana

Redacción - 06-04-2023 - 17:32 H - min.

Investigadores de la Facultad de Veterinaria de Ontario (Canadá, OVC) de la Universidad de Guelph están investigando una problema cardíaco común en los gatos con la esperanza puesta en que sus pesquisas ayuden también, además de a estos felinos, a mejorar la salud humana.

Concretamente, la doctora en Veterinaria Sonja Fonfara, cardióloga clínica del Centro de Ciencias de la Salud del OVC, estudia la remodelación cardiaca. Es decir, cambios que se producen en el corazón con la edad o las enfermedades cardiacas y que pueden afectar al funcionamiento de este órgano vital. 

Su trabajo se centra en la cardiomiopatía hipertrófica (MCH) del gato, la cardiopatía más común en estos félidos y también en los humanos. La enfermedad afecta al 15% de los gatos. En humanos, 1 de cada 500 personas la desarrolla. Las similitudes de la MCH en gatos y humanos sugieren que los gatos son un buen modelo para aprender más sobre la enfermedad humana.

La cardiomiopatía hipertrófica es una enfermedad que provoca el engrosamiento de las paredes del corazón, lo que dificulta que éste se llene de sangre y la bombee por todo el cuerpo. La MCH puede provocar insuficiencia cardiaca, causando dificultades respiratorias, ritmo cardiaco anormal e incluso muerte súbita.

También puede formarse un coágulo que, si se desprende del corazón y se desplaza a la pierna, puede provocar una cojera repentina. Sin embargo, hasta ahora apenas se ha investigado qué cambia en el corazón de estos gatos. 

Fonfara pretende caracterizar los factores que intervienen en los cambios cardíacos que se producen con la enfermedad, así como las posibles influencias del sexo y la edad en este proceso. 

En última instancia, Fonfara y su equipo de investigación esperan que este trabajo permita comprender mejor la MCH y mejorar el diagnóstico, el tratamiento y la gestión de la enfermedad.

La MCH puede ser difícil de diagnosticar. Además, los cambios estructurales y funcionales del corazón a medida que el gato envejece pueden parecerse a los causados por la enfermedad. En la actualidad, no existen medicamentos para prevenir la enfermedad o ralentizar su progresión, y el tratamiento se centra principalmente en aliviar los síntomas

UN MAYOR CONOCIMIENTO PARA IDENTIFICAR SOLUCIONES

La veterinaria cree que con un mejor conocimiento de los genes, moléculas y vías que intervienen en el desarrollo y la progresión de la MCH, "podríamos identificar marcadores diagnósticos y opciones de tratamiento eficaces y controlar y tratar mejor esta enfermedad en los gatos".

Aunque su trabajo se centra en los gatos con enfermedades cardiacas, sus hallazgos también podrían ayudar a mejorar la salud humana.

 "El corazón de humanos y gatos es estructuralmente igual", recuerda Fonfara, quien explica que “las similitudes observadas entre la MCH de gatos y humanos sugieren que la progresión de la enfermedad y los factores implicados son comparables. Además, los gatos pueden desarrollar comorbilidades similares a las de los humanos, como diabetes e hipertensión." 

Fonfara, que fue reconocida con un Premio a la Excelencia Investigadora de la Universidad de Guelph en 2022, y su equipo están estudiando la enfermedad a nivel clínico, molecular y celular

Su equipo se encuentra analizando ecografías de gatos de más de 10 años en busca de engrosamiento de las paredes del corazón y cambios en la función cardiaca. "El engrosamiento de las paredes del corazón puede observarse en algunos gatos mayores, pero un engrosamiento acelerado sugiere que hay algo más en juego", remarca la doctora en Veterinaria.

También está examinando muestras de sangre y músculo cardiaco en busca de marcadores específicos que podrían estar implicados en los procesos de la enfermedad y que se liberan a la sangre cuando el corazón está dañado o estresado. 

LA INFLUENCIA DE LOS GENES

Un aspecto importante de su trabajo gira en torno a la activación génica en el corazón y los microARN, que Fonfara describe como pequeños moduladores de la expresión génica. 

Los microARN influyen en la activación de los genes y pueden liberarse a la sangre. Los microARN intervienen en la regulación de genes en todo el organismo y pueden activar o silenciar un gen ya sea como adaptación fisiológica —por ejemplo, en alguien que hace deporte y desarrolla más músculo— o con una enfermedad.

Mediante la secuenciación de los ARNm o ARN mensajeros, que son indicadores de la activación génica, y de los microARN, Fonfara y su equipo pueden examinar patrones específicos de cada tejido para tratar de determinar qué genes y microARN se han activado o inhibido en el corazón y podrían estar implicados en el proceso de la enfermedad. 

"Curiosamente, para algunos marcadores encontramos diferencias en el corazón de gatos machos y hembras, incluso en gatos castrados", rememora Fonfara. "Esto es bien conocido en humanos y nos preguntamos si puede haber algo en los corazones de los machos que los predisponga a la enfermedad y que los corazones de las hembras puedan estar más protegidos, o quizás, la progresión de la enfermedad sea diferente entre ambos", se cuestiona la veterinaria. ¡

EN BUSCA DE MARCADORES PARA DIAGNÓSTICOS Y OPCIONES DE TRATAMIENTO

Con ojo de detective para los detalles, el equipo de investigación pretende unirlo todo, conectando lo que encuentran a nivel celular con lo que ven en los gatos que atienden en la clínica

Idealmente, a Fonfara le gustaría mejorar los escasos conocimientos sobre los cambios cardíacos que se producen con la enfermedad y con ello identificar marcadores en la sangre que ayuden a diagnosticar la enfermedad e identificar hasta qué punto ha progresado o si un gato corre el riesgo de desarrollar la enfermedad.

Además, pretende utilizar esta información para identificar opciones de tratamiento, que actualmente son muy limitadas. "Ése es el juego a largo plazo", subraya. También forma parte de ese plan a largo plazo la esperanza de que lo que aprendan de los felinos se traslade para ayudar también a los humanos. 

El equipo de investigación tiene abierta una encuesta para propietarios de gatos con cardiopatías en la que se explora cómo afecta a su propietario el diagnóstico de MCH en un gato. La encuesta está abierta a personas mayores de 18 años que actualmente cuiden de un gato con MCH.

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