Cada año se cazan hasta 400.000 focas

El 15 de marzo se celebra el Día Mundial contra la matanza de focas, fecha que sirve para concienciar sobre la matanza cruel e indiscriminada que sufre esta especie de mamífero marino. La elección de esta fecha viene motivada por la llegada de la primavera, momento en que se realiza la caza anual de focas entre el Golfo de San Lorenzo y las costas Labrador y Terranova, situadas al norte y al este de Canadá.

El Departamento de Pesca y Oceános (DFO) del Gobierno Canadiense permite una elevada cuota de caza al año, hasta 400.000 ejemplares como indica la protectora Harpseals, argumentando que “existe una superpoblación de focas que diezman los bancos de bacalao, dejando sin recursos a los pescadores locales”, tal y como informa la organización Anima Naturalis.

AMENAZA Y PROHIBICIÓN

Esta práctica se ha convertido en una competición para los cazadores que, tras golpear a las focas con harpones y hakapiks, las arrastran por el hielo y las despellejan vivas con el objetivo de comercializar con su piel, carne y aceite que también son utilizadas como ingredientes para la medicina china.

Desde hace años equipos internacionales de veterinarios y otros colectivos animalistas han sido testigos de esta barbarie, documentándola con fotos y vídeos que han recorrido el mundo. Ante esta masacre, en 2009 la Unión Europea prohibió la importación de productos procedentes de estos animales en más de 30 países.

Pese a todo, la caza masiva no es el único peligro de la foca ya que, según investigadores del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW),el cambio climático reduce las superficies de hielo, forzando a las madres a parir dentro del agua donde sus crías mueren ahogadas. De continuar esta dinámica, la especie corre el riesgo de extinguirse en un futuro próximo, advierten.