La Universidad de Utrecht, junto a la organización Proefdiervrij, mantienen un acuerdo de donación de mascotas ya fallecidas para la investigación por parte de los estudiantes de veterinaria
Buscan alternativas al uso de animales para experimentación
La Universidad de Utrecht, junto a la organización Proefdiervrij, mantienen un acuerdo de donación de mascotas ya fallecidas para la investigación por parte de los estudiantes de veterinaria
Javier López Villajos - 24-04-2018 - 14:00 H - min.
Con motivo del Día Mundial de Animales en Laboratorio, cabe destacar que la Universidad de Utrecht (Países Bajos) propone que la experimentación con animales bajo fines científicos se realice a través de un acuerdo de donación de animales, según recoge la Federación Europea de Asociaciones de Veterinarios de Animales de Compañía (FECAVA por sus siglas en inglés).
Dicho acuerdo lleva años vigente gracias a la colaboración de la organización benéfica Proefdiervrij y está basado en el Código de Donante de Animales por el que el dueño consiente que el cuerpo de su mascota fallecida sea objeto de prácticas en la facultad de Veterinaria. El fin último, según la organización, es “sustituir a todos los animales que están siendo utilizados para la experimentación”.
El proceso de acuerdo se inicia cuando la mascota fallece, momento en que tanto el dueño como el veterinario firman un formulario de consentimiento que no supone ningún coste para el propietario. Tras eso, el profesional verifica que el animal es idóneo para sus fines académicos, donde cualquier mascota es apta, ya sean conejillos de indias, conejos, ratas y hurones. Y si pasa dicha valoración, en 24 horas ya puede ser utilizado como práctica veterinaria en la facultad, incluyendo un transporte gratuito si el animal se encuentra próximo a la universidad. Por último, tras ser utilizados, los restos de los animales se envían a una planta de incineración.
Los responsables de esta propuesta afirman que “se donan alrededor de 200 animales al año”, una cantidad suficiente para realizar las prácticas, según estiman. Y es que este tipo de codicilo o conjunto de disposiciones que sirven como última voluntad, supone “una situación en la que todos ganan”, opina Claudia Wolschrijn, profesora asociada a la facultad de Anatomía, ya que, por un lado, “los profesionales ya no necesitan criar, obtener o sacrificar animales para realizar los cursos de anatomía y cirugía”, y por otro, “la idea de que su mascota contribuye a la formación de futuros veterinarios reconforta a los dueños”. Además Wolschrijn cree que “al utilizar los cuerpos de estas mascotas, los estudiantes también aprenden sobre la ética y el respeto hacia los animales fallecidos que contribuyen a la ciencia”.
Diferentes instituciones como Tufts University, UC Davis, University of Pennsylvannia, University of Misconsin-Madison, Texas A & M y Ross University ya han establecido programas similares, “registrando buenas experiencias y resultados”, según los involucrados en el proyecto.
ACUERDO ESPAÑOL POR EL BIENESTAR ANIMAL
Ya en 2016 se aprobó un acuerdo de transparencia sobre el uso de animales en experimentación científica en España, promovido por la Sociedad Española para las Ciencias del Animal de Laboratorio (SECAL) e inspirado en el Concordato de Transparencia sobre la Experimentación con Animales del Reino Unido del 2014.
Dicho acuerdo, actualizado de forma anual por la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), en colaboración con la Asociación Europea de Animales de Experimentación (EARA por sus siglas en inglés), promueve una declaración institucional donde se inste a la reducción de los niveles de estrés, angustia y dolor de los animales utilizados para dicho fin, ya que, como señalan los expertos, “la comunidad científica es la primera interesada en evitar el sufrimiento de los animales que se utilizan para la investigación”.