LUNES, 19 de mayo 2025

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Los veterinarios etólogos de España responden al secretario de Colvet Cádiz: “El término familia multi especie no es un capricho lingüístico”

El Grupo de Especialidad en Medicina del Comportamiento de Avepa ha publicado un artículo de una de sus especialistas en el que advierte que negar a los animales el estatus de miembros de la familia ignora la evidencia científica

Jesús Fernández Pascual, secretario del Colegio de Veterinarios de Cádiz.
Jesús Fernández Pascual, secretario del Colegio de Veterinarios de Cádiz.

Los veterinarios etólogos de España responden al secretario de Colvet Cádiz: “El término familia multi especie no es un capricho lingüístico”

El Grupo de Especialidad en Medicina del Comportamiento de Avepa ha publicado un artículo de una de sus especialistas en el que advierte que negar a los animales el estatus de miembros de la familia ignora la evidencia científica

Redacción - 03-02-2025 - 12:38 H - min.

El Grupo de Especialidad en Medicina del Comportamiento y Bienestar (GEMCA) de la Asociación de Veterinarios Españoles de Pequeños Animales (Avepa) ha publicado un artículo de la veterinaria especializada Rosana Álvarez en el que se da respuesta al artículo: ‘Reflexión sobre la denominación Familia Multi Especie’ de Jesús Fernández Pascual, secretario del Colegio de Veterinarios de Cádiz.

“El término ‘familia multiespecie ’ no es un capricho lingüístico ni un intento de desvirtuar las definiciones tradicionales de familia, sino una respuesta a una evolución natural de nuestras relaciones con los animales en el contexto de la sociedad moderna”, destaca la veterinaria en su artículo.

Además, remarca que, más que una simple metáfora, “este término captura una realidad vivida por millones de personas que consideran a sus compañeros animales como miembros plenos de su familia. ¿Por qué entonces negarles ese lugar desde el lenguaje, la normativa y la filosofía?”.

En el artículo, Álvarez incide en el hecho de que la familiaes una construcción social en constante evolución”. “La definición de familia no es ni fija ni absoluta. A lo largo de la historia, el concepto de familia ha cambiado significativamente para adaptarse a las realidades sociales y culturales de cada época”, añade.

Por ejemplo, señala que lo que alguna vez fue una institución patriarcal y nuclear, ahora incluye familias monoparentales, reconstituidas, homoparentales e incluso comunidades colectivas. Además, insiste en la existencia de relaciones no basadas en la sangre. “Adopciones, vínculos afectivos y amistades profundas son reconocidas social y emocionalmente como familia, aunque no tengan lazos biológicos”, insiste.

En este contexto, señala la experta etóloga, “incluir a los animales dentro de la noción de familia no rompe la tradición, sino que amplía su alcance para reflejar los cambios en la manera en que vivimos y sentimos nuestras relaciones”.

LA IMPORTANCIA DEL VÍNCULO AFECTIVO

Negar a los animales el estatus de miembros de la familia ignora la evidencia científica y anecdótica que respalda la intensidad del vínculo humano-animal”, afirma Álvarez.

Para reforzar su argumento, destaca que estudios en psicología, etología y sociología han demostrado que los animales generan un impacto emocional comparable al de otros seres humanos. Sus tutores reportan sentimientos de amor, protección y responsabilidad hacia ellos; y son consuelo en momentos de pérdida, soledad y trauma.

“En muchas familias, los perros, gatos o incluso animales menos convencionales son pilares emocionales”, insiste; y apunta que el término “familia multispecie” es una manera de validar esas experiencias y garantizar que la importancia de estos vínculos no sea minimizada ni relegada al ámbito de lo accesorio.

“Se argumenta que los humanos son únicos por su capacidad de razonamiento, autoconciencia y espiritualidad. Sin embargo, esta visión antropocéntrica ha sido constantemente desafiada”, puntualiza Álvarez en su artículo.

La experta señala que hay estudios que han demostrado que algunos animales como delfines, elefantes, perros y primates poseen autoconciencia, empatía e incluso formas de duelo. “¿No merece esto un reconocimiento más profundo de su lugar en nuestras vidas?”, recalca la veterinaria.

“Incluso si aceptamos que los animales no tienen una dimensión espiritual similar a la humana, su capacidad para conectar con nuestras emociones y mejorar nuestra calidad de vida debería ser motivo suficiente para reconocerlos como miembros plenos de nuestras familias”, destaca.

Álvarez también apunta que el filósofo Tom Regan argumentó que los animales tienen un valor intrínseco que no depende de su utilidad para los humanos, sino de su capacidad para experimentar la vida y formar lazos. “Si compartimos nuestras vidas, hogares y emociones con ellos, ¿por qué no compartir también la definición de familia?”, interroga la experta.

PERSPECTIVA JURÍDICA: HACIA UN NUEVO PARADIGMA

Asimismo, la experta argumenta que el derecho no es estático; evoluciona con los valores de la sociedad. Así, incide en que el reconocimiento de los animales como “seres sensibles” en la legislación española y europea es un paso crucial hacia una mayor integración de sus necesidades y derechos en nuestras normas.

“Reconocerlos como parte de la familia podría traer beneficios importantes”, remarca. En este sentido recuerda que ya existen disputas legales sobre quién se queda con el animal en caso de ruptura. “Reconocerlos como miembros de la familia simplificaría estos procesos y garantizaría su bienestar”, insiste.

Asimismo, señala que incluir a los animales en la noción de familia podría reforzar su protección contra el abandono, el maltrato y la negligencia, obligando a los tutores a asumir responsabilidades legales más claras.

“En muchos países, ya se permite designar herencias para garantizar el cuidado de un animal tras la muerte de su tutor. Reconocerlos como parte de la familia daría mayor legitimidad a estas prácticas”, insiste.

Por otro lado, destaca que el miedo a “diluir” la estructura jurídica de la familia es infundado. “La inclusión de nuevas configuraciones familiares nunca ha debilitado el derecho, sino que lo ha hecho más justo y acorde con las realidades sociales”, apunta.

HUMANIZACIÓN VERSUS RESPETO POR LA ESPECIE

A lo largo del artículo, la experta indica que uno de los argumentos más recurrentes contra el término “familia multiespecie” es que fomenta la humanización de los animales, algo que podría ser perjudicial para su bienestar. “Sin embargo, esta es una falacia basada en un entendimiento simplista”, destaca.

Y es que, para Álvarez, reconocer a los animales como miembros de la familia no significa ignorar sus necesidades específicas. “Al contrario, quienes consideran a sus animales como parte de la familia suelen estar más comprometidos con su cuidado, salud y bienestar”, insiste.

“La humanización problemática ocurre cuando tratamos de imponer comportamientos humanos a los animales, pero esto no es inherente al uso del término ‘familia multiespecie’. De hecho, un vínculo respetuoso y profundo puede coexistir con un reconocimiento claro de la naturaleza del animal”, argumenta la experta en su artículo.

Asimismo, Álvarez argumenta que el lenguaje moldea nuestras percepciones y, en última instancia, nuestras acciones. “Llamar ‘miembros de la familia’ a los animales con quienes compartimos nuestra vida refuerza la empatía hacia ellos, fomentando un trato más ético y respetuoso; ayuda a sensibilizar a las personas sobre las responsabilidades que conlleva tener un animal en casa; y reafirma la conexión emocional profunda que muchas personas ya sienten”, indica.

“Si las palabras tienen el poder de transformar realidades, ¿por qué no usar ‘familia multiespecie’ como un catalizador para una sociedad más inclusiva, ética y empática?”, se cuestiona la experta.

CONCLUSIÓN: LA FAMILIA COMO ESPACIO DE AMOR Y CONEXIÓN

“La verdadera esencia de la familia no radica en definiciones rígidas ni en categorías legales, sino en el amor, el compromiso y el cuidado mutuo”, argumenta Álvarez.

Así, destaca que “los animales que comparten nuestras vidas cumplen con todos estos criterios: nos aman, nos cuidan y nos inspiran a ser mejores. Negarles el título de “miembros de la familia” es ignorar una verdad fundamental sobre nuestra naturaleza humana: que la familia, en su forma más pura, es un espacio de conexión que trasciende las barreras de la especie”.

“Adoptar el concepto de ‘familia multispecie ’ no solo enriquece nuestra comprensión de las relaciones interpersonales, sino que también nos desafía a ser más inclusivos y conscientes de las responsabilidades que tenemos hacia todos los seres con quienes compartimos este planeta. Es un paso hacia una sociedad donde el amor y el respeto son verdaderamente universales”, concluye en su artículo.

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