Veterinarios españoles avanzan en una vacuna contra el nuevo coronavirus

Pocos días después del brote del nuevo coronavirus de Wuhan, varios centros de investigación de todo el mundo identificaron y publicaron la secuencia genética del virus. Con esta información, el grupo de investigación de coronavirus del Centro de Investigación en Sanidad Animal (IRTA-CReSA) del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) de la línea de investigación de coronavirus ha empezado a trabajar en una nueva vacuna.

Por experiencia previa con otros coronavirus que se parecen genéticamente con el de Wuhan, como el coronavirus SARS y MERS, los científicos ya sospechaban qué proteína diana tenían que buscar en el nuevo coronavirus para trabajar en una posible vacuna.

Se trata de la proteína S, que forma parte de la envoltura de todos los coronavirus. En este estudio, los investigadores han identificado la región concreta de esta proteína, que sería clave para hacer una vacuna del nuevo coronavirus.

“El siguiente paso es comprobar la eficacia de estas moléculas en el laboratorio para ver si serían buenas candidatas para hacer una vacuna; una vez hecha, se debería comprobar en modelos animales”, explica Júlia Vergara-Alert, investigadora y veterinaria del IRTA-CReSA.

POLLOS Y CIVETAS COMO ANIMALES MÁS PROBABLES

El IRTA-CReSA explica que no se ha confirmado todavía si el origen del nuevo coronavirus es animal, pero las predicciones del estudio apuntan que los pollos y las civetas son los más sospechosos de entre todas las especies animales disponibles en las bases de datos de genomas.

“Para tener la certeza será necesario comprobarlo experimentalmente, aunque no se descarta que haya otras especies de animales potencialmente susceptibles al nuevo virus”, explica el veterinario Joaquim Segalés, investigador del IRTA-CReSA y catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

Ahora, uno de los objetivos del equipo es consolidar las colaboraciones en el ámbito internacional —de hecho trabajan junto con científicos del Laboratorio Nacional de Galveston y del Centro Médico de la Universidad de Texas de los Estados Unidos— para ampliar información sobre el origen y la evolución de la enfermedad, y conseguir la financiación necesaria para avanzar en esta línea.

El equipo del IRTA-CReSA explica que ya tiene experiencia en realizar modelos animales para investigar con otros coronavirus, como hacen desde hace más de 5 años con el MERS-coronavirus, gracias a la Unidad de Biocontención de la que dispone el centro para trabajar con agentes infecciosos que requieren un alto nivel de bioseguridad, como es el caso de estos coronavirus.