Desde el Grupo de Medicina del Comportamiento de Avepa señalan que las manifestaciones pueden ser entornos altamente estresantes para la mayoría de los perros
Presencia de perros en manifestaciones: Etólogos veterinarios españoles advierten de los riesgos para su bienestar
Desde el Grupo de Medicina del Comportamiento de Avepa señalan que las manifestaciones pueden ser entornos altamente estresantes para la mayoría de los perros
Redacción -
26-05-2025 - 10:49 H - min.
El Grupo de Medicina del Comportamiento (Gemca) de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (Avepa) ha publicado una serie de recomendaciones sobre la presencia de perros en manifestaciones y ha advertido de los potenciales riesgos para su bienestar.
En este sentido, recuerdan que en los últimos meses la profesión veterinaria ha iniciado una “movilización histórica”, con la finalidad de protestar contra una normativa que, además de afectar directamente a su ejercicio profesional, “compromete gravemente el bienestar de los animales y la salud pública”.
“Desde Gemca, y como parte del colectivo veterinario, apoyamos plenamente estas reivindicaciones por considerarlas justas, necesarias y alineadas con nuestro compromiso con la ciencia y la ética profesional”, afirman.
Dicho esto, manifiestan que es entendible que, al ser un colectivo reducido, se busquen formas creativas y visibles de hacer oír su voz, como la participación de animales en las manifestaciones. “Esta idea, aunque bien intencionada, nos invita a detenernos y reflexionar sobre un aspecto esencial: el bienestar emocional de los propios animales que queremos proteger”, apuntan.
“Es comprensible pensar que visibilizar a los animales como parte afectada por esta normativa pueda ayudar a reforzar el mensaje de nuestras protestas. Sin embargo, creemos que es fundamental considerar cuál es el impacto real de estos entornos en su bienestar. La evidencia científica y la observación directa nos muestran que las manifestaciones pueden ser entornos altamente estresantes para la mayoría de los perros, con consecuencias inmediatas, pero también a largo plazo”, advierten.
En este punto, desde el Gemca insisten en que no plantean su reflexión “como una crítica, sino como una invitación a pensar en su bienestar desde el respeto y el conocimiento”. “Sabemos que muchas personas llevan a sus animales por el afecto, el vínculo o el simbolismo que representan”, señalan.
“Por eso, creemos necesario informar sobre los riesgos presentes en estas situaciones, desconocidos en ocasiones, para que cada persona pueda tomar decisiones informadas sobre si llevar o no a su animal, siempre priorizando su bienestar”, indican.
En primer lugar, apuntan a los ruidos excesivos, que pueden generar una experiencia sensorial abrumadora. “Los perros poseen una sensibilidad auditiva muy superior a la humana. Esto significa que sonidos como gritos, megáfonos, silbatos o cencerros, comunes en las protestas, pueden percibirse por ellos de una forma mucho más intensa”, explican.
Por lo tanto, indican que la exposición podrá ser altamente aversiva y provocar una reacción de estrés importante, especialmente si los estímulos son continuos y proceden de múltiples fuentes.
Otro punto que abordan es la multitud, imprevisibilidad y percepción de amenaza. “Al menos un 20% de los perros pueden percibir el contexto de las aglomeraciones que suponen las manifestaciones como amenazador, incluso si son individuos sociables”, detallan.
De hecho, explican que las aglomeraciones de personas, el ruido, los movimientos bruscos o inesperados y la imposibilidad de anticipar lo que ocurre, generan un entorno social difícil de gestionar emocionalmente para muchos animales. “Los perros, debido a su menor altura, no siempre pueden ver a su alrededor, incrementando su sensación de vulnerabilidad”, apuntan.
Por otro lado, remarcan que, durante una manifestación, los perros suelen estar atados, en brazos o entre multitudes, lo que impide que puedan alejarse para gestionar de manera autónoma aquello que les estresa.
Según los veterinarios, “esta ausencia de control sobre la situación puede derivar en el desarrollo futuro de miedos y fobias y, en algunos casos, de un trastorno de estrés postraumático”.
En su artículo, desde Gemca remarcan que, aunque el momento puntual de la manifestación parezca breve, el impacto emocional puede extenderse en el tiempo. “La aparición o el agravamiento del miedo puede alterar la vida diaria del animal, generando ansiedad, rechazo a entornos urbanos, hipervigilancia o generalización del miedo a otros contextos”, aseguran los expertos.
De esta manera, señalan que el balance global es negativo. “En una manifestación, los estímulos positivos —como el contacto con la familia— suelen ser escasos, mientras que los potencialmente negativos, es decir, aquellos que pueden ocasionar miedo en el animal, son frecuentes: ruido intenso, imprevisibilidad, aglomeraciones o la imposibilidad de huir si se sienten amenazados”, insisten. Así, en conjunto, “el balance global entre estímulos positivos y aversivos tiende a ser claramente desfavorable para su bienestar”.
Los etólogos también remarcan que las señales de malestar de los perros pueden ser fáciles de pasar por alto. Y es que los perros pueden manifestar signos de estrés que no siempre resultan evidentes. “Algunas de estas señales incluyen rigidez corporal, postura encogida, orejas hacia atrás, jadeo excesivo, mirada fija o evasiva, hipervigilancia, temblores, relamerse la nariz, bostezar, fruncir el ceño, entre otras”, enumeran.
Estas señales de estrés pueden pasar desapercibidas para los tutores, bien porque estén centrados en el desarrollo de la protesta o bien porque los interpreten erróneamente como excitación de base emocional positiva (alegría).
Por todo ello, desde Gemca plantean una serie de recomendaciones como evitar llevar a un perro si se sabe que tiene miedo o reacciona ante personas, perros o ruidos; así como evitar acudir con cachorros, ya que son más sensibles.
Si se acude con un perro, recomiendan asegurarse de que está habituado a zonas de gran afluencia de personas. También, aconsejan caminar manteniendo una distancia amplia, de 2-3 m, con otras personas y perros que no conoce.
A los que acudan a las manifestaciones con sus perros les aconsejan colocarse en los laterales o la cola de la manifestación, para facilitar la vía de salida si el animal se estresa. Además, apuntan a la importancia de observar al perro en todo momento mientras dure la actividad y si se aprecian signos de estrés recomiendan salir de la multitud y llevarlo a una zona tranquila.
Por último, llaman a no olvidar respetar la normativa vigente, que establece que los animales deben ir siempre con correa, que se recojan sus deposiciones y que se cumpla el resto de las obligaciones legales. “Es responsabilidad del tutor garantizar su cumplimiento”, concluyen.