Las organizaciones profesionales internacionales dedicadas a los felinos no apoyan la cría de híbridos de gatos salvajes ni su tenencia como mascotas
Posicionamiento internacional sobre la cría de gatos híbridos: En contra, “por razones de bienestar”
Las organizaciones profesionales internacionales dedicadas a los felinos no apoyan la cría de híbridos de gatos salvajes ni su tenencia como mascotas
Redacción -
17-04-2025 - 08:46 H - min.
The Cat Group, grupo de organizaciones profesionales entre las que se encuentra el International Cat Care (iCatCare) —anteriormente Sociedad Internacional de Medicina Felina (ISFM)—, ha publicado un posicionamiento sobre los gatos híbridos.
En este sentido, desde el grupo destacan sus “serias preocupaciones en materia de bienestar relacionadas con el mantenimiento de gatos híbridos como mascotas y con las prácticas de cría de gatos híbridos”.
“Los gatos híbridos se venden como mascotas, a menudo promocionados por sus características físicas únicas, como su gran tamaño y su pelaje salvaje. Cada vez hay más evidencia que sugiere que el proceso de cría plantea problemas éticos y de bienestar para los gatos involucrados”, indican.
Asimismo, advierten de que los gatos híbridos suelen experimentar un bienestar deficiente cuando se mantienen como mascotas domésticas, y los dueños pueden tener dificultades con el comportamiento indeseable de sus gatos.
“The Cat Group no apoya la cría de híbridos de gatos salvajes (apareamiento de un gato salvaje con un gato no salvaje), ni tampoco apoyamos tenerlos como mascotas, por razones de bienestar”, sentencian en su posicionamiento.
Por otro lado, explican que los gatos híbridos se obtienen cruzando el gato doméstico con otras especies de gatos no domésticos. Entre los ejemplos de gatos híbridos se incluyen el Savannah (derivado del serval), el Chausie (derivado del gato de la jungla) y el Bengalí (derivado del gato leopardo asiático).
“Los gatos híbridos separados por menos de cinco generaciones del gato salvaje se consideran los que corren mayor riesgo de sufrir problemas de bienestar cuando se los mantiene como mascotas domésticas”, apuntan.
Desde el grupo señalan que, por ejemplo, la mayoría de los gatos bengalíes actuales provienen ahora de más de cinco generaciones de la cruza original. Sin embargo, los gatos bengalíes de generaciones anteriores estarían sujetos a la misma preocupación que otros gatos híbridos estrechamente emparentados con su progenitor salvaje.
“Estos gatos tendrán una mezcla de genes de gato salvaje y gato doméstico. Si bien este cruce puede producir un gato grande o físicamente atractivo, existen muchas preocupaciones sobre el temperamento y el comportamiento de estos híbridos”, remarcan.
Y es que, según argumentan, estos animales conservarán muchos comportamientos de tipo salvaje y pueden ser más agresivos y territoriales en sus interacciones con sus propietarios, otras mascotas y la fauna silvestre.
De esta manera, advierten que “se corre el riesgo de introducir estas características en poblaciones de gatos no castrados que viven al aire libre, con el consiguiente riesgo de mayores daños a las poblaciones de fauna silvestre nativa”.
Por ello, para la seguridad de otros gatos y de la fauna silvestre, los gatos híbridos suelen necesitar confinarse en casa. “Sin embargo, este confinamiento suele ser perjudicial para su bienestar físico y emocional”, subrayan.
“La falta de investigación sobre las necesidades específicas de bienestar de los gatos híbridos implica que corren el riesgo de sufrir problemas de bienestar al ser mantenidos como mascotas, especialmente en lo que respecta a la necesidad de mostrar un comportamiento normal y de un alojamiento adecuado. Esto puede llevar al abandono o a su entrega a refugios, muchos de los cuales no están equipados adecuadamente para satisfacer las necesidades ambientales y de comportamiento de estos gatos”, argumentan los expertos.
Además, destacan el hecho de que, como mascotas, “los gatos híbridos pueden no visitar al veterinario tan a menudo como sus contrapartes domésticas, y sus necesidades nutricionales únicas a menudo no se satisfacen adecuadamente”.
Otro de los problemas que abordan en el posicionamiento es todo lo relacionado con la cría de estos animales. “Existen preocupaciones en torno al bienestar de los padres gatos salvajes, así como del de los padres gatos domésticos durante el proceso de apareamiento”, señalan.
“Se pueden introducir ilegalmente gatos no domésticos en el país para utilizarlos en la producción de gatos híbridos para el mercado de mascotas. El contrabando de especies de felinos salvajes inevitablemente genera condiciones de mala manipulación, nutrición y alojamiento, lo que conlleva la propagación de enfermedades infecciosas y la consiguiente mala salud de los gatos involucrados”, argumentan.
También indican que el proceso de reproducción puede causar lesiones o la muerte al padre o madre del gato doméstico. Los servales, por ejemplo, pueden pesar hasta 15 kg, en comparación con el peso promedio de un gato doméstico de 4 a 5 kg.
“Muchas gestaciones híbridas no llegan a término, y los gatitos pueden ser abortados o nacer prematuramente. Las diferencias en el número de cromosomas y la duración de la gestación suelen provocar una reducción de la fertilidad o problemas con la gestación y los nacimientos vivos”, aseguran.
Así, debido a las dificultades de reproducción, los gatos salvajes y domésticos no socializados suelen ser sometidos a frecuentes intentos de reproducción y manipulación por parte de los humanos.
Por último, remarcan que “no existe ninguna prueba genética comercialmente disponible para determinar a qué generación pertenece un gato híbrido. La evaluación no es fiable, se basa en opiniones y, cuando están disponibles, en registros de cría”.