Durante el estudio los investigadores supusieron que debe haber docenas o cientos de anticuerpos diferentes, pese a que en realidad sólo hay dos o tres
Una mayor comprensión de cómo los anticuerpos combaten el parvovirus canino podría dar lugar a mejores vacunas
Durante el estudio los investigadores supusieron que debe haber docenas o cientos de anticuerpos diferentes, pese a que en realidad sólo hay dos o tres
Álvaro Vélez -
18-02-2025 - 08:57 H - min.
En 1978, el parvovirus, que por entonces era común en los gatos, empezó a infectar a los perros en Europa. El virus se propagó rápidamente por todo el mundo y mató a cientos de miles de perros, en su mayoría cachorros, hasta que un equipo de investigadores de Cornell dirigido por el fallecido Leland "Skip" Carmichael desarrolló una vacuna, cuyos derivados todavía se utilizan en la actualidad.
A este respecto, un nuevo estudio publicado ha mostrado cómo los anticuerpos del huésped se unen al parvovirus y lo neutralizan. En cuanto a la creación de la vacuna por parte del equipo de Carmichael, Colin Parrish, director interino del Instituto Baker de Salud Animal —quien se unió al laboratorio de Carmichael como estudiante de posgrado en 1980—, ha asegurado que "en ese momento fue realmente un alivio mundial, un milagro".
"Se trata de una actualización de una historia muy antigua para nosotros y para el instituto, que este año celebra su 75º aniversario. A medida que se disponga de nuevas tecnologías, podremos aplicarlas para comprender viejas cuestiones", afirma Parrish, quien actualmente se desempeña como profesor de Virología John M. Olin en la Facultad de Medicina Veterinaria.
La investigación se basa en un estudio anterior realizado con la colaboradora Susan Hafenstein y su grupo, también en la Universidad de Minnesota. Así, sus investigadores descubrieron que el número de anticuerpos producidos tras la infección por parvovirus en cachorros es sorprendentemente pequeño, con sólo dos o tres anticuerpos dominantes.
"Los inmunólogos o veterinarios probablemente supondrían que debe haber docenas o cientos de anticuerpos diferentes, pero en cambio este trabajo demuestra que en realidad sólo hay dos o tres". Establece un tema que otros pueden seguir para ver si se trata de una característica común de las respuestas de los animales, incluidos los humanos, a los virus después de la infección", ha explicado Colin Parrish al respecto.
Para la investigación, el profesor y su equipo clonaron los anticuerpos y utilizaron la criomicroscopía electrónica para determinar sus estructuras e interacción con la partícula del virus, mostrando en qué parte de la superficie del virus se unen.
Sus hallazgos han arrojado luz sobre las interacciones fundamentales entre los virus y sus huéspedes, por lo que abren nuevas puertas para mejorar las vacunas y los tratamientos actuales para los animales infectados por el parvovirus.
Por otra parte, los investigadores han descubierto que todos los anticuerpos bloquean los receptores que el virus utiliza para unirse a las células huésped y propagar la infección, pero con distinta eficacia, lo que sugiere la evolución de un equilibrio por el cual el virus evoluciona para sobrevivir mientras el huésped limita su daño.
Asimismo, los anticuerpos que el grupo de Parrish ha identificado, “podrían usarse con fines terapéuticos o de diagnóstico”, según el profesor, y comprender la interacción entre el virus y el huésped podría conducir a mejores vacunas.
“La investigación abre nuevas vías para estudiar las respuestas inmunitarias a los virus y tiene implicaciones clínicas para los perros. Si bien la vacuna contra el parvovirus puede brindar protección de por vida, no es perfecta: los cachorros pueden adquirir anticuerpos de sus madres que hacen que la vacuna sea ineficaz si se administra demasiado pronto, por lo que los cachorros requieren varias rondas de vacunación para garantizar la protección. Los perros que contraen el virus pueden morir de la enfermedad y, para sobrevivir, a menudo es necesaria una costosa hospitalización”, sentencian los investigadores.