DOMINGO, 15 de junio 2025

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MASCOTAS

Cómo la tenencia de perros ha redefinido la familia y la crianza de los hijos

Investigadores señalan que, si bien los perros en realidad no reemplazan a los niños, pueden, en algunos casos, ofrecer una oportunidad de satisfacer un impulso de crianza similar pero con menos exigencias

Las prácticas de tenencia de perros, incluida la crianza de perros, adoptan diversas formas, todas ellas dependientes del contexto sociocultural y las circunstancias individuales.
Las prácticas de tenencia de perros, incluida la crianza de perros, adoptan diversas formas, todas ellas dependientes del contexto sociocultural y las circunstancias individuales.

Cómo la tenencia de perros ha redefinido la familia y la crianza de los hijos

Investigadores señalan que, si bien los perros en realidad no reemplazan a los niños, pueden, en algunos casos, ofrecer una oportunidad de satisfacer un impulso de crianza similar pero con menos exigencias

Redacción - 22-05-2025 - 16:08 H - min.

Las tasas de natalidad están disminuyendo en todo el mundo, mientras que la crianza de perros está ganando popularidad. En este sentido, investigadores de la Universidad Eötvös Loránd sugieren que, si bien los perros en realidad no reemplazan a los niños, pueden, en algunos casos, ofrecer una oportunidad de satisfacer un impulso de crianza similar a la crianza de los hijos, pero con menos exigencias que la crianza de hijos biológicos.

Su revisión, publicada en European Psychologist, también examina cómo los roles cambiantes de los perros dentro de las estructuras familiares modernas están influenciados por las circunstancias individuales, pero también por las normas culturales.

Muchos países ricos y desarrollados —incluido gran parte de Europa, América del Norte y Asia Oriental— están experimentando actualmente una fecundidad inferior al nivel de reemplazo, lo que significa que la gente está teniendo menos hijos de los necesarios para mantener la población a lo largo del tiempo.

En cambio, señalan que tener un perro ha ganado popularidad en las últimas décadas. En la mayoría de los países europeos, entre una cuarta parte y la mitad de los hogares tienen al menos un perro, a menudo considerado un miembro más de la familia o incluso un bebé peludo.

¿SIGNIFICA ESO QUE LA GENTE ELIGE TENER PERROS EN LUGAR DE NIÑOS?

Los investigadores del Departamento de Etología de la Universidad ELTE Eötvös Loránd han realizado una revisión exhaustiva de la literatura en un intento de responder a esta pregunta.

Una de sus ideas centrales postula que, para algunas personas, los perros pueden representar un compromiso gratificante, que satisface un impulso genéticamente arraigado de cuidar y formar vínculos sociales sin invertir los sustanciales recursos necesarios para criar descendencia biológica.

En otras palabras, apuntan que los perros mantenidos como mascotas “ofrecen la oportunidad de formar una conexión emocional cercana con un ser dependiente, proporcionándole emociones positivas, apoyo social e incluso un sentido de propósito (resultados que, hasta cierto punto, se parecen a los que experimentan los padres), al tiempo que son más fáciles de controlar y cuidar que un niño”.

¿POR QUÉ LOS PERROS SERÍAN BUENOS CANDIDATOS PARA DESEMPEÑAR ROLES INFANTILES EN LA VIDA DE LOS HUMANOS?

En primer lugar, tal y como señalan los investigadores, las capacidades cognitivas de los perros y su adaptabilidad a la comunicación humana les permiten exhibir una amplia gama de comportamientos sociales, a menudo comparables a los de los niños preverbales.

“Además, algunos perros, en particular aquellos con rasgos extremos (p. ej., razas braquicéfalas pequeñas como los carlinos y los bulldogs franceses), pueden parecer tan indefensos, inofensivos e inocentes como los niños pequeños”, explican los investigadores.

Otro paralelismo entre los perros de compañía y los niños pequeños, según apuntan los investigadores, es su evidente dependencia de sus cuidadores. La mayoría de los perros criados por familias humanas no pueden decidir qué comer, dónde y cuándo salir a pasear, ni con quién interactuar.

Por este motivo, “los propietarios son responsables de brindarles el cuidado adecuado y, en muchos países, se han creado marcos legales para proteger los derechos tanto de los animales como de los niños”, argumentan.

“A pesar de la alta dependencia y apego de los perros hacia sus cuidadores, para muchos, los compromisos que conlleva tener un perro siguen siendo menos onerosos que la crianza de los hijos”, explica Laura Gillet, estudiante de doctorado del Departamento de Etología.

Entre muchos factores, apuntan a la relativamente corta esperanza de vida de los perros podría contribuir a ello, ya que la mayoría de la gente espera vivir más que su perro, pero no que su hijo.

“Además, estudios previos han demostrado que, en muchas sociedades occidentales de influencia cristiana tradicional, la vida de los animales sigue siendo menos valorada que la de los humanos. Por lo tanto, no solo las decisiones individuales, sino también el contexto sociocultural es cruciales para comprender cómo y por qué las personas desarrollan ciertos tipos de relaciones con sus animales”, indican.

LAS NECESIDADES DE UN PERRO NO SIEMPRE COINCIDEN CON LO QUE LOS PROPIETARIOS ESPERAN

“Queremos señalar que, contrariamente a la creencia popular, solo una pequeña minoría de propietarios de perros trata a sus mascotas como niños. En la mayoría de los casos, los responsables de perros los eligen precisamente porque no son como niños y reconocen las necesidades específicas de su especie”, añade Eniko Kubinyi, autora principal del estudio.

Aun así, los investigadores añaden que los deseos y necesidades de un perro no siempre coinciden con lo que sus propietarios esperan o desean. Este es un punto crucial en lo que respecta al bienestar animal. Tratar a los perros como sustitutos de niños y buscar en ellos rasgos infantiles extremos plantea varias preocupaciones éticas, como la cría masiva de ciertas razas poco saludables o comportamientos de cuidado sobreprotector que pueden provocar problemas emocionales y de comportamiento en el perro.

“En conclusión, las prácticas de tenencia de perros, incluida la crianza de perros, adoptan diversas formas, todas ellas dependientes del contexto sociocultural y las circunstancias individuales, y pueden cambiar a lo largo de la vida de una persona. Por ejemplo, el perro puede ser el "pre-hijo" de una pareja joven sin hijos y, posteriormente, convertirse en el hermano peludo de su primogénito”, argumentan.

Por último, los autores del estudio también proponen enfoques alternativos sobre el vínculo perro-humano, combinando las características de diferentes relaciones humanas —no solo la relación padre-hijo, sino también la amistad y la colaboración—, lo que resulta en un vínculo único con una dinámica propia. “Además, los roles cambiantes que desempeñan los animales de compañía, incluidos los perros, en la vida humana están redefiniendo el concepto de familia y, sin duda, cuestionan nuestro estilo de vida moderno, marcado por una creciente soledad y un debilitamiento de los vínculos sociales y comunitarios”, concluyen.

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