La planta despierta interés en oncología veterinaria con diversos estudios que remarcan sus beneficios
La Artemisia annua capta cada vez más interés en la investigación oncológica veterinaria
La planta despierta interés en oncología veterinaria con diversos estudios que remarcan sus beneficios
Alfonso Neira de Urbina -
29-05-2025 - 13:54 H - min.
La Artemisia annua es una planta de la familia Asteraceae, conocida popularmente como ajenjo dulce o ajenjo chino. Nativa del Asia templada, esta especie está distribuida ampliamente por muchos países, incluida Europa central y meridional, además de encontrarse en Canadá y Estados Unidos.
En este sentido, recientemente desde la compañía veterinaria Livisto han explicado cómo la Artemisia annua está captando interés en la investigación oncológica, remarcando que no sustituye tratamientos convencionales y se estudia como coadyuvante, siempre bajo supervisión veterinaria.
Eso sí, su utilidad en oncología veterinaria es prometedora. “Aún hace falta más evidencia clínica sólida, pero su perfil farmacológico genera esperanza en la medicina integrativa”, subrayan.
Livisto cuenta con Artennua, que se ha posicionado como una alternativa natural para ayudar en la lucha contra la leishmaniosis en animales de compañía, ya que el producto está formulado con Artemisia annua, fuente de artemisinina, molécula recomendada por la Organización Mundial de la Salud para tratar la malaria y gran candidata según muchos estudios para combatir la leishmaniosis canina.
“Conocida por su principio activo artemisinina, tradicionalmente usada contra la malaria y ahora también contra la leishmaniosis, Artemisia annua empieza a ganar protagonismo en la investigación oncológica”, resaltan.
Desde la compañía inciden en que, en veterinaria, estudios preliminares apuntan al potencial de la artemisinina en el tratamiento complementario de ciertos tumores debido a su potencial antitumoral mediante inducción de ferroptosis y coadyuvante en terapias anticancerosas (sinergia con algunos quimioterápicos y reducción de efectos adversos).
En cuanto al potencial antitumoral, la artemisinina está considerada como inductor de la ferroptosis (muerte celular dependiente del hierro). La molécula aumenta los niveles de hierro libre intracelular y promueve la acumulación de peróxidos lipídicos intracelulares para inducir la ferroptosis de las células cancerosas.
“La ferroptosis activa una respuesta inflamatoria que impulsa una respuesta inmune innata, contribuyendo a la eliminación inmunogénica de células tumorales. El daño oxidativo generado hace que se reconozcan más fácilmente las células alteradas y los antígenos tumorales”, indican.
En lo referente al efecto sinérgico como coadyuvante en diferentes tratamientos convencionales, desde Livisto recuerdan varios beneficios sustentados en estudios. De esta forma, la artemisinina limita el microambiente inmunosupresor causado por el cisplatino, mejorando su eficacia terapéutica en el carcinoma hepatocelular (Yang et al., 2024).
También tiene efecto aditivo con la vincristina en células de adenocarcinoma renal (Tilaoui et al. 2014), aumenta la regresión de tumores pulmonares tratados con ciclofosfamida o cisplatino (Zhou et al, 2009) y aumenta la sensibilidad de las células cancerígenas al fluorouracilo (Wang et al., 2020).
Por otro lado, reduce los efectos adversos de algunos quimioterápicos. En el estudio ‘Artemisinin pre-treatment for cisplatin dosage enhances high-grade urothelial carcinoma treatment in male albino mice…’ (Boutrous et al. 2024) la administración de artemisinina previa al tratamiento con cisplatino redujo significativamente el daño renal.
Igualmente, en la investigación ‘Artemisinin attenuates doxorubicin induced cardiotoxicity and hepatotoxicity in rats’ (Aktas et al. 2019), los animales que recibieron solo doxorrubicina demostraron aumento del flujo sanguíneo, edema y daño en las células cardiacas y renales.
Además, desde Livisto comparten un estudio que reviste de gran interés. Concretamente, se trata de ‘Retrospective study of small pet tumors treated with Artemisia annua and Iron’ (Saeed et al. 2020), que realizó una evaluación de la actividad anticancerígena como coadyuvante de A. annua (Artennua) en tumores en perros y gatos.
Los principales tumores fueron adenocarcinoma, fibrosarcoma y hemangiosarcoma, y se administró sulfato ferroso oral o subcutáneo. Como conclusión, la Artemisia annua usada como coadyuvante aumentó en más de 18 meses la esperanza de vida en 7 animales frente a los 11 animales que fueron tratados solamente con la terapia estándar. “La asociación fue significativa”, recalcan.
Por último, desde Livisto comparten un consejo basado en que se ha demostrado que la administración de hierro aumenta el efecto de la artemisinina. Por ello, si el veterinario se plantea usarlo, recomiendan administrar Fe+2 4 días antes; administrar Artennua en ciclo de 3 meses ininterrumpidos; y a mitad de periodo realizar una reevaluación de los niveles de hierro.